El 8 de diciembre se estrenará en España el documental La isla de los monjes, que llega de la mano de la distribuidora Bosco Films. La cinta nos traslada hasta el monasterio de Sión, en los Países Bajos. El lugar ha sido habitado desde hace siglos por hermanos de la orden del Císter, pero solo quedan ocho en un espacio para ciento veinte. Por eso, la comunidad decide mudarse a otro enclave, fijando como destino una isla del norte del país llamada Schiermonnikoog, cuyo significado es «Isla de los monjes grises».
Detrás de la película está la francesa, residente en Holanda, Anna Christine Girardot. Hasta ahora había desarrollado su carrera, fundamentalmente, en tareas de producción y este es su primer largometraje documental como directora. La idea de acometer el proyecto la tuvo al enterarse de que unos monjes cistercienses, cercanos a su casa, habían puesto en venta su monasterio. Tras conocer la noticia, Anna Christine expresó a la congregación su intención de realizar este film y la propuesta fue admitida por los religiosos. Según el abad, la petición de la cineasta gala era distinta a las que habitualmente reciben.
El indudable interés que suscita la vida monástica entre el público ha quedado evidenciado, en los últimos años, con la cálida acogida de las magistrales De dioses y hombres y El gran silencio. Esta nueva aproximación a una comunidad contemplativa vuelve a adentrarse en el día a día de la clausura, a la par que recoge el difícil trance al que se enfrentan unos monjes, obligados a afrontar un profundo cambio vital. Su nueva realidad les llevará de regreso al mundo existente más allá de los muros de su hasta entonces hogar.
La película trata de interpelarnos, narrando la historia de unos hombres que luchan por seguir adelante, iniciando una nueva etapa en sus vidas, inevitablemente ligada a miedos e incertidumbres. La situación les conducirá a replantearse el sentido de su fe, como afirma el abad: «Al vernos obligados a abandonar nuestro monasterio, no solo tratamos de encontrar un lugar donde continuar viviendo nuestra vocación cisterciense, también nos preguntamos qué significa hoy en día ser monje».
Esta producción será el colofón de un año que comenzó de forma inmejorable con Silencio, de Martin Scorsese.