No descubrimos nada nuevo afirmando que las vocaciones religiosas han suscitado interés en numerosos cineastas, dando pie a un buen puñado de largometrajes. Recopilamos algunos de los más destacados en esta lista.
De dioses y hombres
Esta excepcional película se basa en los verdaderos hechos vividos por una congregación de monjes franceses en Tibhirine, Argelia. Ganadora del Gran Premio del Jurado en Cannes, entre otros galardones, la narración adopta un estilo pausado, deteniéndose en los actos litúrgicos de los religiosos y profundizando en sus motivaciones. La obra constituye un bellísimo ejemplo de amor hacia el prójimo y de valores interreligiosos.
El gran silencio
Tras varios años de espera, el realizador alemán Philip Gröning pudo hacer realidad su singular proyecto de recoger el día a día en la Gran Cartuja de Grenoble, situada junto a los Alpes. El documental muestra, sin ningún tipo de artificios, las tareas de unos monjes que, haciendo buena parábola del mercader que encontró una perla preciosa, han dejado todo para seguir a Cristo. Una lección de armonía y libertad, desplegada a lo largo de más de dos horas y media de mucho silencio.
Faustina
Este film biográfico sobre la santa y mística polaca Faustina Kowalska, plasma la profunda transformación que experimentó la religiosa a consecuencia de sus visiones de Jesús y de las revelaciones recibidas. La cinta, asimismo, se hace eco de las suspicacias y envidias a las que tuvo que enfrentarse Faustina, articulando una interesante radiografía sobre la vida en comunidad, con sus bondades y dificultades.
La última cima
Este documental, dirigido por Juan Manuel Cotelo, realiza un homenaje en toda regla al sacerdocio, a través de Pablo Domínguez, un joven sacerdote que falleció mientras descendía la cima del Moncayo. Mediante entrevistas a pie de calle y testimonios de personas que conocieron a Pablo, la propuesta ofrece una mirada libre de prejuicios hacia una vocación habitualmente vinculada a ideas preconcebidas.
Pena de muerte
Esta durísima historia, llevada a cabo con mano firme por Tim Robbins, condena la pena capital con rigor y honestidad. La trama se basa en un libro autobiográfico de la monja Helen Prejean, donde esta reflejó sus experiencias en el corredor de la muerte. El relato se acerca a un tema controvertido, desde la perspectiva cristiana de su protagonista, cuya representación le valió un merecido Óscar a Susan Sarandon.