Decía Platón que «la música da alma al universo, alas a la mente, vuelos a la imaginación, consuelo a la tristeza, y vida y alegría a todas las cosas». Nos ha parecido interesante recopilar cinco canciones de música cristiana que han pisado fuerte en la lista Billboard en los últimos meses. El final de este año queda cerca y merece la pena despedirlo de una manera esperanzadora. Puede ser una buena ocasión para acercarse a Dios en oración, de una manera diferente.
«Battle Belongs», de Phil Wickham
Aunque este trabajo se lanzó a finales de 2020, ha seguido teniendo una gran acogida este año. El californiano Phil Wickham habla sobre las batallas que hay que lidiar en la vida, apostando por ofrecérselas a Dios, porque Él es capaz de ver antes que nosotros la victoria. Un canto a la confianza y a la fortaleza que supone tener cerca al Señor.
«My Jesus», de Anne Wilson
Esta compositora ha debutado con este sencillo en 2021, logrando un gran éxito que le ha llevado al número uno de la lista de canciones cristianas de Billboard. El tema está basado en la propia historia de Anne, quien perdió a su hermano en un accidente. Hemos escogido esta grabación en vivo, diferente al videoclip oficial. Es su testimonio de cómo Jesús puede cambiar la vida y enseñar el camino cuando nada está claro.
«Good God Almighty», de Crowder
Crowder es la banda más alternativa de esta selección. Para este optimista canto de alabanza al «buen Dios Todopoderoso», como dice la canción, el grupo se reunió al sur de Atlanta. Se palpa la alegría que ha supuesto para David Crowder y su banda grabar este tema, en un año donde la pandemia nos ha obligado a seguir manteniendo la distancia.
«Joyful Noise», de Matt Maher
El reconocido compositor y cantante católico Matt Maher trae con este trabajo un inspirador himno de adoración. El tema recuerda al salmo 98: «Cantad con júbilo al Señor, toda la tierra; levantad la voz, y aplaudid, y cantad alabanzas». En este vídeo le acompaña la cantante Doe Jones.
«Less Like Me», de Zach Williams
En esta plegaria, Zach Williams le pide a Dios parecerse más a Él. No le vale con saberse la teoría, sino que quiere llevar el cristianismo a la práctica, aludiendo a virtudes muy necesarias en nuestra sociedad como la paciencia, el amor, la bondad y la fe. Una bonita oración para buscar lo mejor que hay en nosotros.