La hora mágica llega antes del anochecer o al amanecer y, en realidad, solo dura unos minutos. En este álbum de fotografías de varios años tiene mucho peso y, para su título, me he inspirado en una de las películas que mejor ha plasmado ese momento. El cielo está aquí presente en todas las imágenes -aunque sea en algún reflejo-, pero también he querido mostrarlo con ese doble sentido de la película, que no se refiere únicamente a algo físico, sino a un lugar emocional. Los días del cielo de los cofrades son esa tierra prometida donde nos adentramos el Domingo de Ramos y que comenzamos a añorar la misma tarde del Domingo de Resurrección.