

Año: 2009
País: Italia
Duración: 200 min. (2 capítulos)
Género: Drama, Biográfico
Categoría: Santos y beatos
Edad: +7
Director: Giacomo Campiotti
Guión: Giacomo Campiotti, Dino Leonardo Gentili, Filippo Gentili, Filippo Soldi
Música: Stefano Lentini
Fotografía: Blasco Giurato
Reparto: Fatou Kine Boye, Fabio Sartor, Francesco Salvi, Ettore Bassi, Ludovico Fremont, Federica Bau
Sudán, siglo XIX. Bakhita fue secuestrada por unos traficantes cuando era una niña, para ser vendida como esclava. Años más tarde, tras pasar muchas penalidades, es comprada por Federico Marín, un italiano dedicado a los negocios que la lleva con él a su país. Sin embargo, tampoco lo tendrá fácil en su nuevo entorno debido a su color de piel, pues sus vecinos la consideran una bruja. Además, su dueño es un hombre cruel que quedó marcado por la pérdida de su esposa, durante el parto de su hija Aurora. A pesar de la hostilidad inicial, la joven irá disipando los recelos existentes en torno a ella a fuerza de bondad, convirtiéndose en la cuidadora de la consentida y enfermiza Aurora.
Esta televisiva producción italiana, dividida en dos capítulos, nos cuenta la inspiradora vida de Josefina Bakhita. A la singular hagiografía escenificada por la propuesta hay que sumar el factor sorpresa que aporta un personaje tan poco conocido. De ello se vale el director Giacomo Campiotti (Prefiero el paraíso), para conseguir un título realmente distinto, dentro del ámbito de los biopics sobre santos.
La acción empieza con la visita de Aurora, ya adulta, al convento de Bakhita, donde le informan que la monja ha fallecido. Conmovida por la noticia, comienza a contar la historia de la africana a sus tres hijas. Con este punto de partida, la película va mostrando mediante flashbacks las tribulaciones que sufrió su protagonista -interpretada por la debutante Fatou Kine Boye-, hasta encontrar su plenitud como consagrada canosiana, adaptando los hechos con algunas licencias argumentales.
El largometraje nos presenta a una mujer que no pierde su alegría, pese a las contrariedades. Descubre en Cristo crucificado a un condenado como ella, con el que no tarda en identificarse. En su exploración del catolicismo tendrá la asistencia de un párroco rural a quien ayudará, sin buscarlo, a enfrentar sus propios miedos.
Benedicto XVI hizo una referencia a Bakhita en su encíclica Spe salvi, para hablar de la esperanza que siempre alentó a la sudanesa en su difícil camino. La religiosa fue canonizada en el año 2000, por el papa Juan Pablo II.