

Año: 1951
País: Estados Unidos
Duración: 88 min.
Género: Drama, Biográfico
Categoría: Simbología cristiana
Edad: +7
Director: Henry King
Guión: Henry King, Lamar Trotti
Música: Sol Kaplan
Fotografía: Edward Cronjager
Reparto: Susan Hayward, William Lundigan, Rory Calhoun, Barbara Bates, Gene Lockhart, Lynn Bari
El predicador William Thompson se traslada a vivir a una zona rural de Georgia, junto a su esposa Mary Elizabeth. En un principio, a esta le cuesta adaptarse al cambio de la ciudad a un pequeño pueblecito y, una vez que consigue aclimatarse a su nuevo hogar, surgirá otro problema mayor por el brote de una epidemia que azotará con fuerza a los habitantes de la región. Como consecuencia de ello, la iglesia de William se convierte en un improvisado hospital.
La película está basada en una novela, en parte autobiográfica, escrita por la estadounidense Corra Harris. La traslación de la obra a la pantalla contó con el oportuno trabajo de Henry King, director y copartícipe de un guión bien elaborado por Lamar Trotti. El realizador opta por abordar este melodrama de una manera optimista y sabe sacar partido de un reparto encabezado por William Lundigan y una actriz de la valía de Susan Hayward, con la que King volvería a coincidir en su siguiente proyecto, David y Betsabé, estrenado ese mismo año.
Entre los diversos temas tratados por la historia, destaca su certera disección acerca del matrimonio. Ya desde el comienzo queda patente que este va a ser un argumento de peso, cuando el pastor, durante un sermón, alienta a sus feligreses casados a cuidar los detalles y a esforzarse para que el amor no se vaya diluyendo con el paso de los años. Más adelante, a través de la pareja protagonista, se muestran algunas circunstancias que pueden comprometer la estabilidad conyugal, como el egoísmo, la intromisión de terceras personas o los dramas propios de la naturaleza de la vida. Asimismo, el relato expone el fortalecimiento ligado a la superación de estos baches y señala los frutos de complementarse mutuamente, dejando de manifiesto, entre otras cosas, la vital importancia de Mary Elizabeth para que su marido pueda llevar a cabo su labor pastoral.
Otra cuestión de interés radica en las dudas sobre la existencia de Dios, sobrevenidas a raíz de la tragedia que golpea a los vecinos de la zona. Incluso la mujer del pastor vacilará en relación al asunto y, en este contexto, vemos a un William obligado a afianzarse como un pilar todavía más firme para su comunidad, aun sin entender la razón de determinados hechos.