

Año: 1935
País: Francia
Duración: 95 min.
Género: Drama, Histórico
Categoría: Jesucristo
Edad: +13
Director: Julien Duvivier
Guión: Julien Duvivier
Música: Jacques Ibert
Fotografía: Jules Kruger
Reparto: Harry Baur, Jean Gabin, Robert Le Vigan, Charles Granval, André Bacqué, Hubert Prélier
Esta rigurosa adaptación de los Evangelios, dirigida por el cineasta francés Julien Duvivier, se centra en la Pasión y Resurrección de Jesucristo. El guión de la obra fue escrito por el propio Duvivier con la colaboración del sacerdote Joseph Raymond, director del Centre Catholique du Cinéma.
Gólgota se rodó en un estudio de París y en localizaciones de Argelia, con la participación de miles de extras, convirtiéndose en la primera película sonora sobre la vida de Jesús. Sin embargo, más allá de esta particularidad se trata de una propuesta realmente interesante y singular, que se desmarca de la iconografía clásica de versiones precedentes, tales como Rey de Reyes del estadounidense Cecil B. DeMille. El relato presenta los hechos con menos misticismo y de un modo más sobrio, aunque no por ello carente de lirismo.
El largometraje, que da comienzo con la multitudinaria entrada en Jerusalén, presta una especial atención al contexto sociopolítico en el que se desarrollan los acontecimientos. En ese sentido, sorprende el tiempo dedicado a exponer la conspiración contra el Nazareno, llevada a cabo por los líderes religiosos, y a escenificar las conversaciones entre el gobernador romano Poncio Pilato y su esposa Claudia Prócula.
El privilegio de representar a Cristo recayó en el intérprete galo Robert Le Vigan, cuya caracterización rememora las trazas de los iconos bizantinos. Salvo en momentos muy puntuales, el Maestro es mostrado manteniendo una respetuosa distancia, al menos, cuando no se recurre a un magistral uso del fuera de plano para narrar algunos episodios acaecidos durante sus últimos días. Este estilo expositivo queda patente desde la misma secuencia que abre el film, en la que Duvivier opta por ir revelando lo sucedido a partir de las reacciones de personas que conforman el gentío expectante, retrasando varios minutos la aparición en escena de su protagonista.
La producción fue estrenada en diversos países de Europa y también desembarcó en Estados Unidos, con el título de Behold the Man.