

Año: 2018
País: Italia
Duración: 100 min.
Género: Drama
Categoría: Simbología cristiana
Edad: +13
Director: Giovanni Bedeschi
Guión: Franco Dipietro
Música: Fabrizio Baldoni
Fotografía: Giancarlo Lodi
Reparto: Donatella Bartoli, Sergio Leone, Paola Pitagora, Gigi Piola, Mauro Santopietro, Mauro Ramerio
Lilli y Aníbal son dos personas sin hogar que duermen en el barrio de Bicocca, en Milán. Una noche encuentran a un bebé abandonado en un contenedor y lo llevan a un hospital, pero allí nadie es capaz de ver al recién nacido y son expulsados. Más adelante descubren que solo algunos pueden ver a la criatura.
European Dreams Factory apuesta con esta película por un nuevo estreno online, en este caso solidario, ya que el 50 % de su recaudación irá destinada a organizaciones benéficas. Pan del cielo es el interesante film con el que Giovanni Bedeschi debutó en el cine como director. Se nota que el realizador conoce bien lo que cuenta, algo lógico, después de haber colaborado durante años como voluntario en un centro para pobres en Milán, regentado por frailes capuchinos. Su experiencia la ha reflejado en esta producción independiente, principalmente sustentada por actores desconocidos, que aportan interpretaciones creíbles.
Al comienzo de la historia un vagabundo recita una versión muy particular del Cántico de las criaturas de san Francisco de Asís. Tras un inicio que no deja indiferente, Bedeschi plantea una fábula sobre un niño al que únicamente ven los que miran sin prejuicios. Para percibirlo no dependen de sus ojos, sino de lo que haya en su interior. De este modo, el relato se convierte en una metáfora acerca de la invisibilidad social de los más necesitados.
El largometraje está contado desde la perspectiva de unos sin techo. Sus problemas con el alcohol y sus comportamientos, a veces disfuncionales, revelan una frustración latente por algo que se torció en sus vidas y acabó forzándoles a dormir en las calles. La protagonista, Lilli, perdió al bebé que esperaba, mientras que Aníbal, su compañero de avatares, lleva tiempo separado de su familia. Sin embargo, asisten a un milagro que trae de vuelta la ilusión a sus respectivas existencias.
El estreno es muy apropiado para este momento que estamos atravesando, en el que han surgido tantas necesidades básicas que son cubiertas por la solidaridad. En la propuesta, pese a la triste realidad narrada, aflora un agradable mensaje de esperanza, encarnado por un niño de claras resonancias mesiánicas. Además, queda implícita la labor de la Iglesia y, en general, el admirable proceder de personas con buen corazón. De los frutos de su caridad se beneficia el que da y el que recibe.
A partir de una idea original, Bedeschi presenta argumentos de entidad y lo hace sin demasiados recursos, pero con convicción. Su manifestada predilección por Vittorio De Sica se evidencia en una obvia influencia, especialmente, por aquellos bienaventurados indigentes de Milagro en Milán. Aunque en la cinta de Bedeschi no solo los pobres son ignorados, sino también una fe que parece invisible en nuestro tiempo. El trabajo del realizador italiano fue reconocido con los premios a la mejor película y realización en el Festival Internacional de Cine Católico Mirabile Dictu, en la edición de 2018.