

Año: 2017
País: Estados Unidos
Duración: 102 min.
Género: Animación, Aventuras, Comedia, Deportivo
Categoría: Películas infantiles
Edad: TP
Director: Brian Fee
Guión: Kiel Murray, Bob Peterson, Mike Rich
Música: Randy Newman
Fotografía:
Reparto:
La última edición de la Copa Pistón ha revelado el dominio de una nueva generación de coches, muy avanzados, liderados por el arrogante Jackson Storm. Debido al empuje de estos jóvenes, las aspiraciones del veterano Rayo McQueen se han visto inesperadamente frustradas. Pese a que algunos auguran el final de su carrera, McQueen se propondrá demostrar a todos que sus mejores años no han quedado atrás, ayudado por su nueva entrenadora Cruz Ramírez.
Pixar ha decidido reemprender una saga que parecía truncada por el pinchazo creativo que supuso Cars 2. Sin embargo, al igual que el protagonista de esta historia, la compañía ha tratado de reivindicarse partiendo desde más abajo de lo habitual. Y lo cierto es que el reto ha sido superado con creces, nuevamente gracias a la capacidad del estudio para humanizar a sus personajes, ya sean muñecos, monstruos o, como en este caso, coches.
Probablemente estamos ante la película más profunda de la trilogía, pues indaga con solvencia en los inevitables cambios ligados al paso del tiempo. Refleja la realidad del mundo del deporte y de la propia vida, apelando a la importancia de adaptarse a las circunstancias. También incide en la necesidad de creer en uno mismo para no dejar pasar las oportunidades que llegan.
En esta tercera entrega, John Lasseter ha cedido la responsabilidad de dirigir a Brian Fee, quien hasta ahora había trabajado principalmente como artista de storyboard. Fee ha contado, en su debut como realizador, con la base de un solvente guión, que nos ahorra un sinfín de interminables carreras, optando por centrarse en el viaje de redescubrimiento de Rayo McQueen. Por otra parte, relega a destacados secundarios de cintas anteriores, como la grúa Mate, en favor de la entrenadora Cruz.
El ritmo del film no decae, ya que funcionan bien pasajes como la terrorífica competición nocturna a la que se apuntan McQueen y Cruz, o la reunión de viejas glorias. Además, los escenarios naturales son de un deslumbrante realismo. Todo ello evidencia que, aunque Pixar se haya enfrascado en demasiadas secuelas últimamente, sigue carburando realmente bien y, a día de hoy, se antoja inalcanzable dentro de la animación digital.