

Año: 1982
País: Estados Unidos
Duración: 115 min.
Género: Fantasía, Ciencia ficción, Drama
Categoría: Películas infantiles
Edad: TP
Director: Steven Spielberg
Guión: Melissa Mathison
Música: John Williams
Fotografía: Allen Daviau
Reparto: Henry Thomas, Dee Wallace, Peter Coyote, Robert MacNaughton, Drew Barrymore, K.C. Martel
Durante una expedición alienígena en la Tierra, uno de los visitantes queda atrás cuando su nave despega apresuradamente. El extraterrestre es descubierto por Elliott, un chaval que lo esconde en su casa. Sus hermanos Michael y la pequeña Gertie le ayudarán a enviarlo de regreso a su planeta, mientras la investigación sobre el paradero de la criatura va estrechando el cerco sobre ellos.
Steven Spielberg logró uno de sus grandes hitos con esta película que se convirtió, en su día, en la más taquillera de la historia. Pero más allá de cifras, este clásico familiar contiene varias escenas que permanecen en la memoria colectiva y han dado lugar a numerosos guiños en producciones posteriores.
La mayor parte del relato, escrito por Melissa Mathison, se filmó al nivel de los ojos de un niño. Precisamente, uno de los principales aciertos de Spielberg fue crear un universo infantil con la suficiente magia como para fascinar también a los adultos. Elliott es un reflejo de su propia niñez, pues se trata de un chico imaginativo y solitario, que intenta sobreponerse a la separación de sus padres. Sus deseos de tener un buen amigo se verán cumplidos con la llegada de un entrañable extraterrestre. Este le hará entender lo especial que es.
La cinta ha aguantado muy bien el paso del tiempo y no solo por la oportuna remasterización que se efectuó en su veinte aniversario. Su atractivo aún perdura porque acumula una serie de virtudes que funcionaron en su momento y lo siguen haciendo, tales como la puesta en escena -que juega con destreza con la niebla y la luz para suscitar misterio-, el diseño de E.T. o la siempre solvente dirección de actores infantiles por parte de Spielberg.
Otra de las claves del largometraje reside en el trabajo de John Williams, quien compuso una de sus partituras más recordadas. El film ganó cuatro premios Óscar, en los apartados técnicos de banda sonora, sonido, efectos sonoros y efectos visuales.