

Año: 2008
País: Estados Unidos
Duración: 98 min.
Género: Animación, Ciencia ficción, Aventuras, Romance
Categoría: Películas infantiles
Edad: TP
Director: Andrew Stanton
Guión: Andrew Stanton, Jim Reardon
Música: Thomas Newman
Fotografía:
Reparto:
En un futuro muy lejano, la contaminación ha convertido a la Tierra en un lugar completamente inhabitable. Tan solo permanece en ella el pequeño robot WALL•E, que fue programado para limpiar la basura y cada día se afana por realizar esta tarea. Rodeado de montañas de escombros y completamente solo en algún lugar del mundo, anhela estar junto a alguien con quien compartir su tiempo. Sus sueños se verán cumplidos con la llegada de la sofisticada EVA, un robot de última generación enviado por los humanos desde el espacio, con el objetivo de averiguar si existen indicios de vida en el planeta.
Dentro de la filmografía de Pixar, WALL•E figura entre los proyectos más arriesgados que el estudio ha sacado adelante. Debió suponer todo un reto llevar a buen puerto una propuesta sin apenas diálogos en sus cuarenta minutos iniciales, con la dificultad añadida de estar principalmente dirigida a un público infantil. Para que esta primera parte fluyera adecuadamente, el director Andrew Stanton y su equipo estuvieron viendo todos los días, durante año y medio, cintas mudas de Charles Chaplin y Buster Keaton. A partir de estas inmejorables referencias de narración visual pura -y con mucho ingenio de cosecha propia-, trazaron una sucesión de secuencias cargadas de lirismo, que conforman el tramo más sobresaliente de la película.
El film se había ideado allá por los años noventa, antes del estreno de Toy Story, pero no comenzó su producción hasta que Stanton finalizó Buscando a Nemo. Rinde tributo al clásico de ciencia ficción 2001: Una odisea del espacio y nos presenta a unos seres humanos casi incapaces de moverse, condenados a subsistir en una nave espacial y relegados a una vida sedentaria por sus propias máquinas.
El retrato de los humanos sirve de crítica a determinados comportamientos de la sociedad actual, mientras que la trama también incluye un contundente mensaje de respeto hacia la naturaleza y reflexiona sobre la necesidad de estar acompañados, colocando el amor como el gran medio para superar las dificultades que se presenten.
No es casualidad que el robot del que se enamora WALL•E se llame EVA, en referencia al personaje bíblico, pues su aparición en escena marca un nuevo inicio. Con seis nominaciones a los Óscar, WALL•E se convirtió en el largometraje animado con más candidaturas hasta la fecha, junto a La bella y la bestia. Acabaría siendo premiada en la categoría de animación.