Año: 1999
País: Estados Unidos
Duración: 192 min.
Género: Drama, Fantasía
Categoría: Películas con valores
Edad: +18
Director: Frank Darabont
Guión: Frank Darabont
Música: Thomas Newman
Fotografía: David Tattersall
Reparto: Tom Hanks, David Morse, Michael Clarke Duncan, Bonnie Hunt, James Cromwell, Michael Jeter
Durante la Gran Depresión norteamericana, Paul Edgecomb trabaja como guardián jefe de un corredor de la muerte, situado al sur del país. El pabellón es conocido como «La milla verde», por el característico color del pasillo que separa las celdas. A la penitenciaría es enviado un gigantesco hombre de raza negra, condenado por el homicidio de dos niñas. El carácter ingenuo y bondadoso del nuevo recluso, llamado John Coffey, poco tiene que ver con el horrible crimen por el que ha sido inculpado. Paul descubrirá, más adelante, que el nuevo preso esconde un don sobrenatural.
Hay películas que atesoran una magia especial y esta figura entre ellas. Su director y guionista, Frank Darabont, trasladó a la pantalla con fidelidad la novela El pasillo de la muerte, de Stephen King. El cineasta ya había demostrado su buena mano para adaptar la obra del famoso escritor, con la aplaudida Cadena perpetua, y repitió éxito con esta cinta de excelente factura, conformada por un repertorio de personajes muy bien esbozados. King quedó tan satisfecho con el resultado, que afirmó: «Pocas veces se ha visto que una película supere al libro. Esta es una de ellas».
Gran parte de la historia, desplegada a lo largo de más de tres horas, transcurre en el interior del penal. La narración se desarrolla en tono fantástico, con puntuales momentos de humor que atenúan el dramatismo inherente al relato. Argumentalmente se sitúa claramente en contra de la pena capital, mostrando imágenes muy cruentas de las ejecuciones, exponiendo el deseo de redención de algunos presidiarios y, en definitiva, apuntando que un asesinato no está justificado por otro.
En el apartado actoral sobresalen Tom Hanks y un inspirado Michael Clarke Duncan, en el papel de su vida. Difícilmente podría haber alguien más adecuado para representar a John Coffey. Su interpretación le deparó al largometraje una de las cuatro nominaciones que recibió al Óscar, sin que ninguna se tradujera en premio.
