

Año: 2022
País: Reino Unido, Japón, Suecia
Duración: 102 min.
Género: Drama
Categoría: Películas con valores
Edad: +13
Director: Oliver Hermanus
Guión: Kazuo Ishiguro
Música: Emilie Levienaise-Farrouch
Fotografía: Jamie Ramsay
Reparto: Bill Nighy, Aimee Lou Wood, Alex Sharp, Tom Burke, Adrian Rawlins, Oliver Chris, Hubert Burton
El señor Williams lleva mucho tiempo anclado en su rutina diaria como funcionario municipal en Londres. Cuando recibe el diagnóstico de que solo le quedan unos meses de vida, comenzará a buscarle un significado a su anodina existencia.
Aventurarse a versionar clásicos tiene sus riesgos por las inevitables comparaciones. Hace unos años, Yôji Yamada salió airoso de su actualización de Cuentos de Tokio con Una familia de Tokio. En este remake de Vivir (Ikiru), dirigido por Oliver Hermanus, el salto es mayor, porque traslada la acción a tierras británicas. Y ahí es donde el guión de Kazuo Ishiguro, escritor en lengua inglesa de origen japonés y premio Nobel, ha hecho de puente entre dos culturas muy distintas.
Living no es una adaptación literal de la película de Kurosawa. Su duración es bastante más reducida, debido a que algunas partes están comprimidas. Ishiguro ha tratado de aportarle una identidad propia. Prescinde de la ironía de la original e incluso de algún momento relevante, pero mantiene la estructura de la historia, el tiempo en que se desarrolla -la década de los cincuenta- y detalles como las montañas de papel en la oficina del protagonista. También explora los temas de fondo de su fuente, es decir, el sentido de la vida, la pérdida, la soledad o una difícil relación paternofilial, truncada por el egoísmo del hijo y la nuera de su personaje principal.
En su búsqueda sin un rumbo claro, Williams encuentra luz en la vitalidad de Margaret Harris, una joven con la que trabaja. Hasta entonces, el burócrata inglés estaba, utilizando un anglicismo, en stand-by. Observaba con frialdad el paso de los días, con el único fin de no complicarse demasiado. Sin embargo, inspirado por el entusiasmo de Margaret, rescata una olvidada propuesta de construcción de un parque infantil. El proyecto supone para él la oportunidad de mirar más allá de los montones de papel, tras tomar conciencia del valor de esforzarse no solo por hacer las cosas mejor, sino por los demás. El film retoma este mensaje central del título de Kurosawa, que suena casi contracultural hoy en día.
Bill Nighy representa realmente bien los finos modales y la apatía de Williams, esto último mediante una lánguida mirada y un tono de voz apagado. Su interpretación es uno de los puntos fuertes de una cinta que mejora en la segunda mitad, a partir de la conversación entre Williams y Margaret Harris en un pub, muy a la altura de las circunstancias. Asimismo, resulta brillante el coloquio en un tren de los compañeros de oficina de Williams y la suave forma de rematar la película, con un halo de trascendencia apuntado con anterioridad.