

Año: 2021
País: Estados Unidos
Duración: 111 min.
Género: Drama
Categoría: Películas con valores
Edad: +13
Director: Fran Kranz
Guión: Fran Kranz
Música: Darren Morze
Fotografía: Ryan Jackson-Healy
Reparto: Reed Birney, Ann Dowd, Jason Isaacs, Martha Plimpton, Breeda Wool, Kagen Albright
En un salón de una iglesia episcopaliana se reúnen dos matrimonios, cuyos hijos fallecieron en un trágico suceso en un instituto, varios años atrás. Al encuentro asisten los padres del autor de los hechos, Richard y Linda, y los de una de sus víctimas, Jay y Gail.
El actor Fran Kranz ha debutado tras la cámara, con una película que podría trasladarse fácilmente a una representación teatral, pues transcurre la mayor parte del tiempo en una sala, con solo cuatro actores. El guión, escrito por el propio Kranz, y las interpretaciones del cuarteto protagonista son los puntos fuertes de un film inspirado en los atentados ocurridos en centros educativos estadounidenses.
Poco a poco, la historia va desgranando los hechos y sus consecuencias en unos padres que hacen el esfuerzo de participar en una incómoda reunión, con la esperanza de dejar atrás el dolor que aflora en sus rostros. Con el sufrimiento de ambas parejas siempre presente, van intercambiando sus consideraciones sobre lo sucedido, en intervenciones donde se entremezclan sentimientos de cupla, perdón y deseos de venganza. Los progenitores del homicida están condicionados por el afecto y en sus valoraciones hay subjetividad, aparte de un evidente contraste entre la fría racionalidad de Richard y la empatía de Linda.
El templo cristiano en el discurren los acontecimientos no es un mero escenario. Está cargado de simbolismo, con detalles como el crucifijo que vemos detrás de los padres del asesino. Se percibe como un lugar donde lo sagrado propicia un encuentro que parece superar los límites de unos interlocutores marcados por heridas muy profundas.
Kranz realiza una sobresaliente exploración de la naturaleza humana, mediante una larga conversación desarrollada, en todo momento, con credibilidad. Los implicados reflexionan acerca del valor de dos vidas frustradas y buscan la forma de seguir adelante, afrontando una pérdida que no es posible de aceptar sin el perdón.