

Año: 2020
País: Reino Unido, Francia
Duración: 97 min.
Género: Drama
Categoría: Películas
Edad: +13
Director: Florian Zeller
Guión: Florian Zeller, Christopher Hampton
Música: Ludovico Einaudi
Fotografía: Ben Smithard
Reparto: Anthony Hopkins, Olivia Colman, Mark Gatiss, Imogen Poots, Rufus Sewell, Olivia Williams
El octogenario Anthony vive solo en un apartamento de Londres, pero sufre alzhéimer y cada vez está menos capacitado para valerse por sí mismo. Las cuidadoras que le busca su cariñosa hija Anne acaban desistiendo, ahuyentadas por el fuerte carácter del anciano. Anne planea trasladarse a París con un hombre del que está enamorada y se debate entre encontrar a alguien capaz de atender a su padre o ingresarlo en una residencia para la tercera edad.
Existen bastantes títulos que han tratado previamente el alzhéimer, como Siempre Alice, por mencionar uno de ellos. La singularidad del debut como director del francés Florian Zeller radica en abordar esta enfermedad desde un enfoque completamente distinto. No se centra tanto en construir una trama como en crear confusión en el espectador. Su objetivo es que comprendamos la desorientación que padece su protagonista, que sintamos su desasosiego al no saber lo que es real o no.
Zeller ha adaptado en esta película su exitosa obra de teatro homónima, estrenada en decenas de países. Para llevarla al cine -y traducirla al inglés- se ha valido de la experiencia del guionista Christopher Hampton. El papel principal en su versión para la gran pantalla fue escrito para Anthony Hopkins. A estas alturas no es noticia que el actor británico haga una buena interpretación, pero aquí está sencillamente excepcional. Saca partido de los matices de su personaje, que tan pronto es encantador como antipático. Asimismo, Olivia Colman está realmente bien en su representación de Anne, una hija hacia la que su padre muestra menos afecto que a su hermana Lucy.
El relato plantea la encrucijada en la que se encuentra Anne, dividida entre el deseo de emprender una nueva etapa en una ciudad diferente y la responsabilidad de proporcionar a su progenitor los cuidados que precisa. En la puesta en escena resulta obvio el origen teatral de la cinta, con un peso esencial del guión y las interpretaciones. La acción trascurre, casi en su totalidad, en interiores que reflejan el estado de Anthony, atrapado por sus problemas de memoria y con dificultades para discernir su propia identidad.
El trabajo de dirección artística es muy atinado. También la banda sonora de Ludovico Einaudi, aunque ocupa un lugar secundario y no se perciben los característicos acordes del compositor italiano hasta la pieza que acompaña a los créditos finales. Zeller prefiere mantener el comentado aire teatral para contar la historia de un anciano que se va apagando al perder la memoria. El desolador contenido del largometraje está equilibrado por un humanismo mediante el que se evidencia el amor que necesita cualquier persona, en cada momento de su vida.