

Año: 2006
País: Estados Unidos, Reino Unido
Duración: 118 min.
Género: Drama, Biográfico
Categoría: Películas cristianas
Edad: TP
Director: Michael Apted
Guión: Steven Knight
Música: David Arnold
Fotografía: Remi Adefarasin
Reparto: Ioan Gruffudd, Romola Garai, Benedict Cumberbatch, Albert Finney, Michael Gambon
Las profundas creencias de William Wilberforce le hacen dudar entre dedicarse a Dios o continuar con su prometedora carrera política. No despejará esta incertidumbre hasta que tome conciencia de la posibilidad de conciliar ambas aspiraciones, liderando a los abolicionistas ingleses, desde su privilegiado escaño en la Cámara de los Comunes. La lucha para prohibir el comercio de esclavos requerirá un tenaz esfuerzo por su parte, debido a los lucrativos intereses económicos que obstaculizarán sus propuestas.
Michael Apted es el director de este inspirador drama de época, escrito por Steven Knight basándose en la vida de un parlamentario británico, que ejerció un intenso activismo político, durante los siglos XVIII y XIX. La incansable labor en favor de los derechos sociales de Wilberforce, cristiano metodista, partía de unas fuertes convicciones que llevaba hábilmente a la práctica, gracias a su inteligencia y a sus cualidades como orador.
Amazing Grace rememora un episodio histórico tan trágico como la esclavitud de una manera realmente efectiva, sin la necesidad de recurrir a imágenes sórdidas. La película cuenta con una lograda ambientación y está narrada en dos tiempos, separados entre sí por quince años. Este lapso nos da idea de la perseverancia de Wilberforce en sus reivindicaciones, pero también de su inevitable desánimo, tras varias campañas frustradas. Asimismo, se escenifica el modo en que una enfermedad lastra su ímpetu y su posterior renacer, como consecuencia del amor de una joven que comparte sus ideales.
El título del film está tomado del himno compuesto por John Newton, un hombre arrepentido de su pasado como traficante de esclavos y reconvertido en un humilde clérigo. En el relato aparece como consejero espiritual de Wilberforce, a la vez que como cercano aliado del político para tratar de despertar la conciencia pública frente a una grave injusticia, ante la que muchos no se atrevían a alzar la voz. Una realidad que guarda estrecha relación con atropellos actuales, urdidos bajo el disfraz de derechos, que algún día el cine denunciará.