3 estrellas
6
China Cry
Título original: China Cry
Año: 1990
País: Estados Unidos
Duración: 101 min.
Género: Drama, Romance, Biográfico
Categoría: Películas cristianas
Edad: +13
Director: James F. Collier
Guión: James F. Collier
Música: Al Kasha, Joel Hirschhorn
Fotografía: David Worth
Reparto: Julia Nickson, Russell Wong, James Shigeta, France Nuyen, Philip Tan, Elizabeth Sung

La acomodada infancia de Sung Neng Yee es truncada por la invasión japonesa de China. Años más tarde, con el ascenso al poder de Mao Zedong, su familia pasará a estar en el punto de mira de los nuevos dirigentes del país. A ella la acosarán por su pasado en centros educativos cristianos.

No existen demasiadas películas que hayan denunciado los abusos contra los derechos humanos cometidos por el comunismo en China y, mucho menos, los referidos a la represión de las libertades religiosas. Probablemente Zhang Yimou ha sido el cineasta que mejor ha reflejado lo ocurrido en la historia reciente de su país, pero siempre con las limitaciones de la censura. China Cry estuvo libre de este tipo de restricciones, ya que se trata de una producción estadounidense rodada en localizaciones de Hong Kong. Se estrenó un año después de la masacre de la plaza de Tiananmén.

El film se basa en las memorias de la misionera protestante Sung Neng Yee -quien cambiaría su nombre por el de Nora Lam-, plasmadas en un libro autobiográfico que coescribió con Irene Burk. La acción comienza en Shanghái, en 1941, pero pronto salta hasta el inicio de la década de los cincuenta, en la que transcurre la práctica totalidad del relato. Los hechos narrados están condensados, como se anticipa en la introducción.

Cuando la adinerada familia de Sung Neng Yee es señalada por las autoridades comunistas, que acusan injustamente a su padre, empieza a sentirse excluida del país al que pertenece. Encuentra una protección temporal en las destacadas notas que logra durante su época en la universidad, donde se enamora de un joven de Hong Kong. Sin embargo, al terminar sus estudios y ejercer como profesora es interrogada acerca de sus creencias. Además, debe dar detallada cuenta de su paso por escuelas cristianas.

Para responder a la pregunta de si es cristiana, antes de nada, se ve obligada a indagar en su interior. Y es justo el hostigamiento que sufre lo que la lleva a reconciliarse con una fe que había olvidado, aunque ese reencuentro acabe convirtiéndola en víctima de las represalias de un totalitarismo ideológico que no entiende de libertades.

La cinta es realmente singular y no por contar un caso aislado, sino por escenificar la persecución religiosa aún latente en China. También incluye una interesante historia de amor. Fue dirigida con oficio por James F. Collier, igualmente realizador del título cristiano The Hiding Place (El refugio), y contó con la actriz Julia Nickson en el papel principal.

Falta algo de tensión dramática en algunos momentos, pero hay otros muy conseguidos, como la reunión de una comunidad cristiana clandestina cuyos componentes cantan solo vocalizando, sin emitir sonidos para no ser descubiertos. Esta secuencia y la tenacidad de la protagonista evocan, en cierto modo, la determinación de aquellos primeros cristianos perseguidos por Roma.

China Cry (fotograma)