
Fotografía: Lawrence OP (Flickr)
“El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, vende todo lo que uno tiene y compra el campo.” (Mt 13, 44)
Uno siente que Tú existes
cuando descubre que aquello
que vive y que experimenta
es exactamente igual
a lo que alguien un día
vivió y experimentó.
No importa si cerca o lejos
no importa si aquí o allá;
todo tipo de personas
en cada esquina del mundo
han recibido tu amor
y han sentido en lo más hondo
ser parte de una corriente
que transformará el mundo.
Hay una parte escondida
que nos muestra tu Palabra
detrás de la realidad.
Hay un mundo inabarcable
que se nos revela a aquellos
que buscamos y esperamos
a pesar de no entender,
qué fuerza es la que nos mueve
a no rendirnos jamás.
Y en ese mundo escondido
que muestra una realidad
que no se ve con los ojos
sino los del corazón,
es donde nos encontramos
con tanta gente que ahora
o que ayer, o que hace un siglo
buscó con la misma fuerza
descubrir en tu Palabra
aquello que no se puede
ver desde la inteligencia.
Y que sólo si Tú quieres
nos dibujas en el alma.
“Mientras, nosotros, pueblo tuyo, ovejas de tu rebaño, te daremos gracias siempre, cantaremos tus alabanzas de generación en generación.” (Salmo 78, 13)