

Año: 2018
País: Finlandia
Duración: 95 min.
Género: Drama
Categoría: Películas con valores
Edad: +7
Director: Klaus Härö
Guión: Anna Heinämaa
Música: Matti Bye
Fotografía: Tuomo Hutri
Reparto: Heikki Nousiainen, Amos Brotherus, Pirjo Lonka, Pertti Sveholm, Jakob Öhrman, Stefan Sauk
Olavi es un veterano vendedor de arte que regenta un negocio venido a menos. Aún conserva la esperanza de materializar una última gran venta, mediante la que demostrarse a sí mismo su valía. En una subasta llama su atención un cuadro anónimo, cuyo valor sospecha que podría ser muy superior al de salida. La compra, sin embargo, entraña un elevado riesgo y no está precisamente sobrado de dinero. Con la inesperada contribución de su nieto Otto, que hace unas prácticas en su tienda, tratará de averiguar la procedencia de la misteriosa obra, mientras recupera el contacto con su hija Lea.
Klaus Härö vuelve a dar muestras de su talento con esta agradable película, de tono intimista y estructura clásica. El cineasta nórdico repite colaboración con la libretista Anna Heinämaa, también guionista de su anterior largometraje, La clase de esgrima. Además, ha contado nuevamente con la aportación de Tuomo Hutri, que proporciona al film una oportuna y cálida fotografía.
La historia nos coloca tras los pasos de un hombre tan absorbido por su pasión por el arte que ha desatendido a su familia. No ha estado al lado de su única hija, quien solicita su ayuda para encauzar a su problemático hijo adolescente. Aunque, en un principio, el anciano se ve forzado a aceptar, pronto descubre el potencial de su indisciplinado nieto.
Otto, con su dinamismo y los conocimientos sobre tecnología propios de alguien de su edad, complementa los antiguos métodos de su abuelo. Ambos se embarcan en una compleja investigación acerca de un enigmático retrato, que esconde un gran significado y está dibujado con una maestría que ha pasado inadvertida para el responsable de la galería que lo subasta, pero no para un gran experto como Olavi.
El protagonista, pese a sus defectos, tiene la capacidad de apreciar la calidad de una obra anónima y, lo que es más importante, las cualidades de su indómito nieto. Este constituye para el marchante una oportunidad para salir de su mundo, aparte de un puente para acercarse a su hija y recomponer un lazo casi inexistente desde el fallecimiento de su mujer.
La cinta está bien interpretada y despliega una elegante banda sonora, compuesta por Matti Bye. Contiene momentos donde se palpa la destreza de Härö. El realizador impregna al relato del trasfondo humanista característico de sus trabajos, poniendo de manifiesto el valor de los vínculos familiares y del arte y, por otra parte, las dificultades de una persona mayor para adaptarse a los cambios. Asimismo, apunta que nunca es tarde para enmendar los errores del pasado.