Confesionario

Fotografía: Lawrence OP (Flickr)

Ave María purísima

– Sin pecado concebida.

Padre, mire yo es que… porque es que…. ¡A ver qué voy a hacer! Es que…

Pobre confesor escuchando los porqués… Y el arrodillado a la defensiva como si Dios nos preguntara el por qué… Pues no amigo, Dios no preguntará eso jamás; sólo quiere saber de qué nos arrepentimos sin defensa de nuestra “ofensa”. Creemos que al tener nuestras razones, no “somos tan malos” y resulta que quedamos peor que si no hubiéramos ido.

¿Es que se nos olvida que cada pecado (“con razón” o sin ella) es un escupido a Dios?, ¿Cuántas veces le escupieron en la Vía Dolorosa por un montón de porqués? Se nos olvida una y otra vez y le agraviamos una y otra vez…

¡Qué poca fe tenemos en su misericordia, que poca! Seamos sinceros, francos, sin escudo, sin “chaleco antibalas”… ¡Ya está bien!, agrandemos el grano de mostaza y digamos:

¡Soy el colmo! Me repito más que el ajo… Dígame algo para no escupirle tantas veces por el mismo tema y no quiero defenderme… Estoy harto de no glorificarle, quiero ser original en pecados, ya me entiende… Quiero limpiar mi casa de los de siempre…

Y Jesús que está también medio harto de que no le comprendamos… Nos dice:

– ¡Pero si es que no escuchas!, ¿lees bien? Anda que pareces sordo y ciego… ¡Haz el favor de saber que te perdono siempre!, pero ¡moño! No te defiendas del pecado canijo o gordo, te voy a perdonar igual, ¿es que no lo sabes?, pues hijo mío, parece que ni flores…

Ya, ya Jesús, te prometo que la próxima vez, te voy a contar de verdad lo “malo” que he sido sin porqués… ¿Sabes? Voy a poner la otra mejilla como Tú y copiándote… ¡Uf! A ver si aprendo a callarme un poco.

– Así te quiero yo, haciéndote responsable de todo sin los porqués que me traen frito… A veces no sé si lo que quieres es que te perdone o te comprenda… Y no voy hacer lo último…

Gracias Jesús, ya me he enterado después de décadas… ¡Ya me vale!

¡Chicos oído al parche! Que esto es serio y dejemos a Dios que haga lo que crea conveniente con el “contrario”, no nos defendamos, ya lo hará Él por ti, no lo dudes y confesemos sin hacernos comprender… ¿Lo haremos? A ver si es verdad.