Hakuna Group Music

Fotografía: Hakuna Group Music / @charlymolinac

Una buena prueba de que las jornadas mundiales de la juventud dan sus frutos es el movimiento Hakuna, que empezó a gestarse durante los preparativos de la JMJ de Río de Janeiro, con el impulso del sacerdote José Pedro Manglano. Una década después de aquel evento han pasado de peregrinos a sembradores, con el concierto que su grupo de música ofreció en el Campo de Gracia de Lisboa, el lugar donde se celebraron varios de los actos centrales de la reciente JMJ portuguesa.

Como muchos, conocí el movimiento Hakuna por las redes sociales. Fue a través de algunos vídeos grabados en el interior de un templo de mi ciudad, donde decenas de jóvenes cantaban abrazados durante la llamada hora santa, un encuentro con adoración eucarística y música promovido por Hakuna. Estos vídeos tenían tanto impacto que incluso la prensa local se hizo eco de ellos.

La comunidad también está detrás del documental Vivo, que fue un éxito de público. Lo que podría haber sido una producción meramente divulgativa del movimiento, en realidad era un sólido largometraje con varias historias inspiradoras. Además, no solo reflejaba ese espíritu renovado que ha traído Hakuna, sino que dejaba constancia de su inteligente utilización de los medios audiovisuales.

Dentro de esas nuevas vías para llevar el Evangelio, especialmente a los jóvenes, está la música. Hakuna Group Music ha marcado un antes y un después en la música católica española. Este grupo se hizo viral con su multitudinario concierto del pasado año en el Palacio Vistalegre de Madrid, ante miles de espectadores entregados y algunos escépticos que acudieron movidos por la curiosidad.

Las suaves canciones de Hakuna son un soplo de aire fresco. Temas como Huracán -que supera los cinco millones de reproducciones en Spotify-, Noche, Forofos o Sencillamente han calado en muchas personas. Su repercusión ha sido tal que han aparecido en diversos periódicos nacionales. Hasta en el diario de información deportiva Marca les han dedicado un artículo.

Algo característico de los evangélicos, en especial de los angloparlantes, es el empleo de la música para difundir la Palabra entre las personas de nuestro tiempo. Hakuna, con sus numerosos cantantes, me recuerda a algunos de sus grupos, aunque sus pegadizas canciones tienen estilos propios. Y también son un excelente medio para llevar la fe de un modo sensitivo y directo, esquivando esas interferencias que crean confusión acerca de todo lo relacionado con la Iglesia católica. Sus melodías aportan esperanza, te hacen sentir bien e invitan a orar. Justo lo que debe transmitir una canción cristiana.