Orando en el campo

1. Emprender ese itinerario único que te hace sentir cerca de tu interior tiene sus riesgos. Sí, corres el riesgo de ser alcanzado por el Fuego.

2. La mayor necedad que podemos hacer los hombres es dejar inmovilizado a Dios. Teniendo tanto para darnos, nuestra indiferencia le tiene atado de pies y manos, impidiéndole intervenir a favor nuestro.

3. Es muy difícil mantener la cabeza fría cuando el éxito nos alcanza. ¿Qué diremos entonces de quien es alcanzado por Dios? Menos mal que Él mismo le serena llevándole por el camino de la simplicidad.

4. El necio apela al instinto de supervivencia para apartarse de Dios, porque cree que atenta contra su vida. El sabio pone el mismo instinto de supervivencia en manos del Viviente porque aspira a vivir con Él.

5. No hay actividad más provechosa para un hombre que sentarse delante de un Sagrario y fijar sus ojos en él. Tarde o temprano sentirá que Dios le está mirando también.

6. Un hombre de paz viene a ser transmisor de la paz de Dios cuando vive con su alma y corazón abrazado al Evangelio de Jesús… Evangelio de la paz, le llama Pablo (Ef 6,15).

7. ¿Cuándo dejaremos a Dios lo suficientemente tranquilo y libre para que pueda hacer en nosotros su obra única e irrepetible? ¿Cuándo nos fiaremos del Alfarero? (Is 45,9).

8. A Dios se le puede morir un hijo, me refiero a quien se aleja definitivamente de Él. Pero nunca pierde la esperanza de reanimar su vida, siempre está esperando a los que se alejan.

9. Todas las empresas del mundo juzgan a sus empleados según sus actitudes y capacidades hasta que se jubilan. Jesús considera valiosos a sus discípulos hasta el último día de su vida.

10. Un hombre sin sabiduría interior estudia, trabaja, se divierte, etc., cosas todas ellas saludables; pero le falta ese soplo divino que llena de eternidad todo lo que ha realizado y amado.

11. El secreto de la felicidad consiste en vivir ilusiones sostenidas, es decir, que no lleven en el reverso la lacra del vacío cuando la realidad se impone a la ilusión no sostenida por Dios.

12. Pensamos que el pecado es algo negativo porque es una transgresión contra Dios. Entendámonos bien. Lo que a Dios le preocupa son los efectos secundarios del pecado en ti.

13. Satanás es experto en fabricar esperanzas para el hombre. Dios no las fabrica, las crea. Tengamos en cuenta que todo producto de fábrica tiene fecha de caducidad, no así los que Dios crea.

14. El que no conoce el Evangelio, tampoco conoce las insuperables posibilidades de realización humana que tiene en su corazón. El Evangelio las aviva, pone en acción y lleva a su crecimiento y madurez.

15. Una persona responsable de cara a su profesión buscará contactar con los mejores profesionales de su ramo. Los sabios según Dios buscarán lo mismo, pero, por encima de todo, pondrán sus ojos en el Maestro de la Palabra (Mt 23 8).

16. Todos tenemos dentro una especie de bodega secreta (Ct 2,4). Es en ésta donde se dan los mejores y más íntimos encuentros entre tú y Dios.

17. Decir que un discípulo no debe ir tras el honor y el prestigio es verdad; o no, según se entienda. Porque es bueno ambicionar, llegar a alcanzar el honor de ser discípulo del Hijo de Dios.

18. Podemos llegar a renunciar a Dios, claro que sí. De hecho, gran parte de la sociedad vive de espaldas a Él. No pasaría nada si ello no nos convirtiese en desertores de la Vida.

19. Con qué facilidad nos vemos rechazados por personas que un día nos abrieron sus brazos. Esto jamás pasará con Dios, ahí está con los brazos abiertos en la cruz para los que añoren su abrazo.

20. Desde siempre Dios se ha adelantado a nuestras necesidades. Desde siempre se ha ofrecido a darnos su respuesta. El problema es que nos hemos acostumbrado a arreglar nuestros asuntos sin Él. Aun así nos sigue esperando.