Crucifijo

1. Nada más connatural al alma que el Espíritu de Dios presente en las Sagradas Escrituras. Un hombre que sabe amarse a sí mismo mueve cielo y tierra por conectar su alma con Dios.

2. Espiritualidad de la Palabra y sensibilidad del alma. Creo que un hombre que no conoce la capacidad sensible de su alma estará siempre lejos de ser él mismo.

3. “A los que amo les reprendo y corrijo”, dice el Señor (Ap 3,19). Así es. Dios cuida los sarmientos de la vid y los poda con amor para que den más fruto.

4. El que fácilmente olvida lo que Dios ha hecho con él como el pueblo de Israel (Sl 106,13), bloquea su alma hasta el punto de que ya no se fía de Él.

5. Proclamar que Dios ha sido fiel contigo, como lo hace el salmista (Sl 89,2-3), no sólo en los días soleados sino también en los cargados de nubes, se llama amor.

6. Un discípulo de Jesús vive de y para el Evangelio. Por eso camina hacia Dios por encima de todo soborno o simulación. Le basta saber que Jesús está pendiente de él.

7. Dios llama amigos suyos a aquellos con quienes habla (Nm 12,6-8). Nos parece inverosímil, pero Dios es así, se rebaja a hablar contigo y te dice: Te amo, eres precioso para mí.

8. Hacer, como Moisés, de la Palabra de Dios nuestra fuerza que, después de estar con Él en la cima del Sinaí bajó con su Fuerza entre sus manos: “las Diez Palabras” (Dt 4,13).

9. Sólo podemos adorar a Dios desde nuestro espíritu, porque, como dice Jesús, “Dios es Espíritu” (Jn 4,24). El Evangelio, grabado en nuestro corazón, es quien nos enseña a adorar así.

10. “En la Palabra estaba la vida” (Jn 1,4). Si realmente nos creemos esto, ¿cómo es que no nos dejamos habitar por ella? Mucho ganaríamos como personas.

11. Moisés plantó la Tienda del Encuentro fuera del campamento para hablar con Dios (Éx 33,7…). El Hijo de Dios plantó la Tienda del Encuentro en el Calvario para hablar con nosotros.

12. El que actúa según la Verdad se acerca a la luz, dice Jesús a Nicodemo (Jn 3,21). No está lejos de Dios el que tiene su Verdad como criterio único para tomar sus decisiones.

13. Ojalá creyéramos realmente que Jesucristo es la Vid verdadera, es decir, la única en la que podemos dar el fruto que agrada a Dios nuestro Padre (Jn 15,1…).

14. A los humildes de corazón Dios les llama sus pobres, sus cautivos; se han puesto bajo su tutela, por lo que sólo en Él han resguardado su honra y su dignidad (Sl 69,30-34).

15. Discípulo de Jesús es aquel que vive inmerso en su increíble ternura, que le mueve a inclinar su corazón hacia los que más sufren.

16. “Señor, tu bondad se extiende de generación en generación” (Sl 89,1). Es cierto, los discípulos de su Hijo reflejan su bondad y misericordia en el mundo.

17. Expulsemos, como lo hizo Jesús, las vanidades del templo de nuestra alma. Sólo así podremos acoger su Evangelio. Entonces seremos sagrarios vivientes.

18. “Si hoy escucháis mi voz no endurezcáis el corazón” (Sl 95,7…). El hijo pródigo oyó la Voz en su corazón, aprovechó su hoy y volvió al Padre, quien le dijo: Hoy te he recuperado como hijo mío.

19. Dice san Gregorio Magno: “Las cosas terrenas son para usarlas, las eternas para desearlas”. Los sabios dirigen sus pasos hacia las eternas, los necios hacia ninguna parte.

20. “¿Donde quién vamos a acudir? -dijo Pedro a Jesús- Tú tienes palabras de vida eterna” (Jn 6,68). Deberíamos atar estas palabras a nuestras muñecas, porque Satanás sin cesar nos invita a acudir a parajes atrayentes habitados sólo por tinieblas.