1. Tu fidelidad con Dios crece a la sombra de la experiencia que tú tengas de la suya. Se trata de confiar en sus palabras y constatar que se cumplen en ti.
2. Cuando somos abandonados por todos, Dios viene a tu encuentro y te dice: ¡Yo no te olvidaré ni abandonaré! (Is 49,14-15). Creer esto es creer en una relación real con Dios como Padre.
3. Todos nos hemos estremecido al ver el reflejo del sol poniente sobre el mar. ¡Cómo se estremecerá Dios al ver el reflejo de su luz inmortal en tu alma!
4. La vida es fruto del Amor, y éste a su vez enriquece más y más la vida que Dios nos ha dado. Dios es Amor y es Vida. ¿De verdad que podemos pasar de Él?
5. Muchos activistas de los derechos humanos nunca se han preocupado de tantísimas jóvenes, primero seducidas y, después, desechadas. Parece que ciertas heridas no les importan.
6. El amor que brota de la epidermis tiene mucho de usar y tirar. El problema no sería excesivamente importante si dentro de la epidermis no hubiese personas. Las hay.
7. El que habla de Dios sólo desde su ego, en realidad sólo habla de sí mismo aunque pronuncie el nombre de Dios. El que habla de Dios desde Él, de Él habla.
8. Un atleta que bate una marca se dice: ¡estoy en forma! Un discípulo de Jesús que anuncia el Evangelio a contracorriente dice a Dios: ¡Me tienes en forma!
9. Todo aquel que no edifica su vida sobre Jesús, Piedra angular, la asienta irresponsablemente sobre el resbaladero, como dice el salmista (Sl 73,18).
10. A los que buscan su propia gloria como hijos del mundo que son, Dios les mira diciéndoles: ¡Pobres hombres!, cambian las riquezas que yo les doy por bisuterías.
11. Despojado de sus vestiduras, el Hijo de Dios fue levantado en la cruz. Su Padre lo resucitó y lo revistió de su Gloria. Con la misma Gloria revestirá a sus discípulos.
12. “A los que acogieron su Palabra les dio poder para hacerse hijos de Dios” (Jn 1,12). Es decir, que los que se hacen a su Palabra por amor a ella, por ella son divinizados.
13. A todos nos cuesta que dirijan nuestra vida, aunque sea el mismo Dios. Sin embargo, su plan sobre nosotros es el de llevarnos a un destino glorioso (Sl 73,24).
14. Alguien dijo: Hay mucha ternura en las espinas del mundo. Sin embargo, el mundo es redondo. Claro que en la cruz del Calvario abundan las espinas y la ternura.
15. Al igual que Jesús culmina su misión entregando su vida, también sus discípulos la culminamos entregando la nuestra en manos de nuestro Padre. Su Hijo nos enseña a hacerlo.
16. Decimos que la oración es hablar con Dios; y nos quedamos tan anchos sin percatarnos de que el Dios de los cielos y la tierra os da audiencia para hablar con Él.
17. ¡Qué grande es el amor de Dios que, a pesar de habernos enredado penosamente en nuestras pequeñeces, nos sigue mirando como hijos queridos!
18. A veces somos tan enemigos de nosotros mismos que bloqueamos las más bellas intuiciones del alma cuando se disparan hacia la infinita Belleza de Dios.
19. Si, por una parte, aparcamos a Dios hasta el domingo y, por la otra, hemos reducido la amistad humana a una carpeta en la red, podemos decir que se nos está yendo la vida.
20. Primero se relega a Dios al olvido, después a las personas que nos quieren de verdad. A partir de entonces somos firmes candidatos a vivir la soledad más inhóspita.