

Año: 2002
País: Estados Unidos
Duración: 101 min.
Género: Romance, Drama
Categoría: Películas cristianas
Edad: +7
Director: Adam Shankman
Guión: Karen Janszen
Música: Mervyn Warren
Fotografía: Julio Macat
Reparto: Shane West, Mandy Moore, Peter Coyote, Daryl Hannah, Lauren German, Clayne Crawford
Landon es uno de los chicos más populares de su instituto, pero, al igual que sus amigos, es muy superficial. Una de sus gamberradas tiene como víctima a un chaval que buscaba ser admitido por su cuadrilla y acaba en el hospital. Tras este incidente, el director del instituto le obliga, como correctivo, a aceptar actividades poco valoradas por él. De este modo, comienza a ejercer como tutor los sábados por la mañana y se incorpora al grupo de teatro. Allí entabla relación con Jamie, la hija de un pastor baptista, de la que sus colegas se burlan porque es diferente. Sin embargo, precisamente por el hecho de que Jamie no sea como el resto, Landon empezará a sentir por ella una atracción, que será correspondida.
Un paseo para recordar es toda una excepción dentro del subgénero de cine adolescente, normalmente tan trivial y materialista. Aunque su desarrollo y algunos de sus personajes resulten convencionales, la propuesta se desmarca del tono habitual, apelando a la responsabilidad y al compromiso en el noviazgo. Además, se trata de una película sincera, que expone con naturalidad la fe de Jamie.
La cinta cuenta la historia de amor de dos adolescentes con personalidades muy distintas, pues mientras las perspectivas de London no van más allá de la etapa que está atravesando, Jamie alberga una visión trascendente de la vida y actúa conforme a sus creencias cristianas. Su mayor madurez la hace menos vulnerable a las opiniones de los demás -tan influyentes a su edad-, al contrario de lo que sucede con Landon, que se avergüenza de que lo vean con ella.
El argumento parte de la premisa de que los polos opuestos se atraen y no hay duda de que también cautivan al público. Un claro ejemplo de ello es, justamente, este entretenido relato de amor a raudales, perdón y amistad, que ha calado en muchos espectadores. Fue dirigido por Adam Shankman y adapta el best seller homónimo de Nicholas Sparks, un autor del que se han trasladado numerosas novelas a la gran pantalla.
Este largometraje deparó su primer papel protagonista a una jovencísima Mandy Moore, de dieciséis años, que por entonces ya era una conocida artista pop. La actriz aprovechó sus dotes como cantante para interpretar varios temas de una oportuna banda sonora, en la que, asimismo, tienen una especial presencia las canciones del grupo de inspiración cristiana Switchfoot.