Año: 1998
País: Estados Unidos
Duración: 95 min.
Género: Animación, Aventuras, Comedia
Categoría: Películas infantiles
Edad: TP
Director: John Lasseter, Andrew Stanton
Guión: Andrew Stanton, Donald McEnery, Bob Shaw
Música: Randy Newman
Fotografía: Sharon Calahan
Reparto:
Gran parte de las provisiones almacenadas durante el invierno por una colonia de hormigas son robadas en verano por los saltamontes. Todos están acostumbrados, pero Flik se rebela ante esta injusticia y se ofrece a viajar a la ciudad, en busca de un grupo de insectos guerreros que defiendan a los suyos en el futuro. Su elección en la urbe no será demasiado afortunada, puesto que acabará reclutando a los frustrados intérpretes de un circo.
Pixar confirmó con este largometraje, el segundo de su filmografía, las buenas sensaciones dejadas con Toy Story. La batuta correspondió nuevamente a John Lasseter, aunque, en esta ocasión, formando dupla con Andrew Stanton, quien más adelante dirigiría títulos de la relevancia de Buscando a Nemo y WALL•E, entre otras aportaciones como realizador y guionista.
La película es ágil y cuenta con momentos muy divertidos, como la patética función de los artistas. Coloca en escena a un interesante elenco de personajes para representar una historia que nos habla de los riesgos de no decir la verdad y sobre la importancia de confiar en uno mismo, por encima de las limitaciones que puedan tenerse. Esto se refleja principalmente en Flik, poco valorado en el hormiguero por sus habituales despistes, pero lo suficientemente voluntarioso para creer en sus posibilidades. Pese a que nadie le considere un héroe, él se siente capaz de poner fin al acoso de los saltamontes, mientras sueña con el amor de la princesa.
El film se inspira en la popular fábula de la cigarra y la hormiga, de Esopo, y en Los siete samuráis, clásico de Akira Kurosawa. Se presentó en los cines con apenas un mes de diferencia con respecto a la producción de DreamWorks Antz (Hormigaz). No es la primera vez que en Hollywood coinciden dos estrenos con temáticas muy similares, con las inevitables comparaciones que surgen. Si es mejor una u otra depende de los criterios de cada espectador, pues las dos consiguieron un nivel parejo.
