

Año: 1986
País: Japón
Duración: 125 min.
Género: Animación, Fantasía, Aventuras
Categoría: Películas infantiles
Edad: +7
Director: Hayao Miyazaki
Guión: Hayao Miyazaki
Música: Joe Hisaishi
Fotografía:
Reparto:
La joven Sheeta viaja en una aeronave custodiada por un agente secreto del gobierno, llamado Muska. Repentinamente, la nave es atacada por unos piratas, cuyo objetivo es el mismo que el perseguido por el gobierno: desentrañar el secreto de una piedra que cuelga del cuello de Sheeta. Al tratar de huir, la chica cae estrepitosamente del avión. Sin embargo, gracias al misterioso pedrusco baja lentamente levitando y aterriza en la casa de Pazu, un aguerrido muchacho que le ayudará a escapar de sus perseguidores. Junto a él viajará hacia un castillo flotante que perteneció a una civilización perdida y está relacionado con la piedra que porta. Sheeta espera que la fortaleza le ayude a conocer mejor su propia identidad.
El castillo en el cielo fue la primera producción de Studio Ghibli, tras ser fundado un año antes por Hayao Miyazaki y su amigo Isao Takahata. A la hora de abordar el relato Miyazaki parte de una trama sencilla, en la que inserta elementos que más tarde repetiría en sus siguientes películas. Su pasión por la aviación queda patente en los artefactos voladores que aparecen en la cinta y no faltan sus habituales mensajes pacifistas y ecologistas.
El director de Mi vecino Totoro y El viaje de Chihiro crea un mundo muy imaginativo, del que se sirve para exponer el modo en el que las ansias de poder actúan en contra de la paz. El contrapunto a la ambición de los agentes gubernamentales lo ponen los dos valientes y alegres protagonistas del film. Los piratas, por su parte, comandados por la veterana y enérgica Dola, resultan más entrañables que peligrosos, mientras que el personaje de Muska cuenta con suficientes matices para desmarcarse del arquetipo de villano.
El largometraje tiene humor y acción para entretener a los pequeños, a la vez que incluye reflexiones más profundas para los adultos. Visualmente alcanza su culmen con el descubrimiento de la fortaleza flotante. En ese momento se hace especialmente patente el lirismo que imprimen al conjunto los brillantes dibujos y la música de Joe Hisaishi. Curiosamente, el compositor nipón tuvo que rehacer su trabajo para el lanzamiento estadounidense llevado a cabo por Disney, añadiendo veinte minutos de música y adaptando sus métodos compositivos a un estilo más hollywoodiense.