

Año: 2019
País: Estados Unidos, República Checa, Nueva Zelanda
Duración: 108 min.
Género: Comedia, Drama, Bélico
Categoría: Películas
Edad: +13
Director: Taika Waititi
Guión: Taika Waititi
Música: Michael Giacchino
Fotografía: Mihai Malaimare Jr.
Reparto: Roman Griffin Davis, Thomasin McKenzie, Scarlett Johansson, Taika Waititi, Sam Rockwell
Johannes «Jojo» Betzler es un muchacho de diez años, que se dispone a asistir a un campamento de las juventudes hitlerianas. Allí comprueba que no es precisamente diestro para la batalla y su negativa a sacrificar a un conejo le acarrea el apodo de Jojo Rabbit. Pero él continúa firme en su propósito de ser un buen nazi, ayudado por su amigo imaginario Adolf Hitler. Sin embargo, todo aquello que le cuentan y considera cierto empezará a tambalearse cuando descubra, oculta en su casa, a Elsa, una chica judía protegida por su madre.
Para hacer comedia de un tema de la gravedad del nazismo hay que hilar muy fino. Es lo que hicieron Ernst Lubitsch, en Ser o no ser -durante la Segunda Guerra Mundial-, o Roberto Benigni, en La vida es bella. Al igual que esta última, Jojo Rabbit está narrada desde una perspectiva infantil, aunque, en esta ocasión, estamos ante un niño partidario del Tercer Reich. Salvando las distancias respecto a los precedentes indicados, el realizador Taika Waititi también logra salir airoso en esta adaptación libre de una novela de Christine Leunens.
Al protagonista de la película no le resulta fácil integrase y, fuera de su imaginación, solo tiene un amigo. Su padre está luchando en Italia y perdió a una hermana. Parte del vacío dejado por ambos lo cubrirá Elsa. En un primer momento su presencia es desconcertante para Jojo, pero a medida que la va conociendo entiende que las cosas no son como se las habían pintado. Empieza a ver el mundo desde sus propios ojos, tomando conciencia de que su compasión, la que tuvo al perdonar la vida de un conejo, le hace diferente.
La cinta muestra el sinsentido de sentirse superior a otros por cuestiones de origen o ideología. Presenta un difícil equilibrio entre pasajes dramáticos y la sátira mediante la que el relato ridiculiza el nazismo y, particularmente, a su líder, que está interpretado por el director del film. La representación de Waititi del Führer depara alguna de las situaciones más delirantes. En el apartado actoral destaca el joven Roman Griffin Davis, como protagonista, y el trabajo de Scarlett Johansson, Sam Rockwell y de Archie Yates, en el papel del amigo de Jojo.