La filmografía sobre Jesús de Nazaret es tan amplia que alberga títulos de la singularidad de este anime, acerca de sus últimas horas de vida vistas a través de Dimas, el ladrón al que perdonó sus pecados desde la cruz. Lo primero que llama la atención de My Last Day es la clara influencia estética de La Pasión de Cristo. La aportación de la obra de Mel Gibson ha sido de tal importancia, que su legado está quedando reflejado en las producciones de la misma temática llevadas a cabo tras su estreno. También fue tomada como referencia Jesús, una película dirigida por John Krish y Peter Sykes, a finales de los años setenta.
Al frente de este cortometraje está el norteamericano Barry Cook, responsable del film de Disney Mulan y de la ingeniosa Arthur Christmas: Operación regalo. En el currículum de Cook figura, además, su trabajo como supervisor de efectos especiales en los clásicos de animación La bella y la bestia y Aladdin. Su presencia como realizador y guionista fue, por tanto, un importante plus para esta interesante propuesta desarrollada por Studio 4ºC, una versátil compañía japonesa que hace una buena labor técnica.
Pese al formato de dibujos animados, el conjunto está lejos de ser un producto apto para niños al estilo de El hombre que hacía milagros, pues tiene momentos en los que la violencia es muy gráfica, especialmente los correspondientes a la crucifixión.
La cinta comienza con una secuencia en la que Dimas, conocido como el Buen Ladrón, observa el azotamiento de Cristo tras los barrotes de su celda. Mientras es testigo directo del terrible castigo a un hombre justo, reflexiona sobre su turbio pasado. En solo nueve minutos de metraje asistimos al sacrificio de Cristo para la salvación del mundo, desde los ojos de alguien conmovido por sus obras, en esta historia de arrepentimiento y perdón, que consigue añadir una nueva pincelada a un hecho narrado infinidad de ocasiones por el cine.