

Año: 2008
País: Estados Unidos, Polonia, Eslovenia, República Checa, Reino Unido
Duración: 150 min.
Género: Fantasía, Aventuras
Categoría: Películas
Edad: +13
Director: Andrew Adamson
Guión: A. Adamson, C. Markus, S. McFeely
Música: Harry Gregson-Williams
Fotografía: Karl Walter Lindenlaub
Reparto: Ben Barnes, Georgie Henley, Skandar Keynes, William Moseley, Anna Popplewell, Sergio Castellitto
Los hermanos Pevensie regresan un año después a Narnia. Allí el tiempo pasa mucho más deprisa y han transcurrido cientos de años desde su marcha. Las cosas son muy distintas, ya que los narnianos viven en la clandestinidad, a la sombra de los telmarinos, que están dirigidos por el malvado rey Miraz. El sobrino de este, Caspian, es el legítimo heredero al trono, pero se ve obligado a huir cuando Miraz es padre de un hijo y planea asesinarle. Los cuatro hermanos y los narnianos apoyarán al príncipe Caspian para que devuelva la paz.
Al timón de esta segunda adaptación de la famosa serie de novelas de C. S. Lewis volvió a estar el neozelandés Andrew Adamson, sin embargo, la película se desmarcó de la primera, adoptando un tono más oscuro. En su búsqueda de la épica, con numerosas batallas, pierde el toque infantil de Las crónicas de Narnia: El león, la bruja y el armario. Tampoco tiene tanta simbología cristiana como su predecesora. En esta continuación la presencia de Aslan se reduce y no se profundiza demasiado en el significado de su silencio.
La vuelta a la realidad no ha sido fácil para los Pevensie, que añoran revivir sus aventuras en Narnia. Un día, mientras esperan en una estación de metro, son transportados al mágico lugar. En Narnia los recuerdan como unos legendarios reyes de una época mejor. La oscuridad ha invadido el lugar y, en su colaboración con el joven Caspian, deben hacer valer lo aprendido en su anterior incursión. Aslan está ahora oculto, salvo para la más pequeña, Lucy, que es la única capaz de percibirle. Todos parecen haberle olvidado excepto ella.
Los efectos visuales del film son de primera, pero su metraje es excesivo. La apuesta por el espectáculo, en detrimento de un mayor desarrollo de la historia, acaba deparando un resultado irregular, menos trascendente e inspirado que el de su notable precedente. Pese a todo, se trata de una propuesta interesante.