María Magdalena. Icono del discipulado

María Magdalena. Icono del discipulado es el reflejo de la ternura de Dios para con sus discípulos. Un relato que cuenta con una protagonista destacada: María Magdalena, que nos da una lección de fe y confianza en la Palabra. Tras aclarar la figura histórica de esta mujer, se nos regala en sus diez capítulos y a través de versículos del pasaje de Juan 20, cómo se puede salir en busca de Dios en la oscuridad de nuestra vida, cuando parece no quedar nada de todo cuanto un día creímos. Ese superar el miedo a nuestra soledad y cruzar las murallas de nuestra desesperación, como María cruzó las de Jerusalén en busca del sepulcro de Cristo, es el primer paso de todo discípulo que quiera y desee encontrar a su Señor.

En esta obra se nos cuenta cómo la esperanza que María Magdalena tuvo en la palabra de Jesús, le llevó a este impulso de salir en su búsqueda a pesar de lo poco que a ello incitaba todo lo acontecido y todos los que le rodeaban. Pero el amor es fuerte como la muerte (Ct 8, 6-7) y María amaba mucho. Su confianza fue más grande que el miedo y la recompensa lo mejor que podía haber encontrado: oír su nombre en labios de su Maestro.

El padre Antonio Pavía nos recuerda desde estas páginas que Cristo nos llama a cada uno de nosotros por nuestro nombre. Quiere que sus discípulos sean imagen del amor divino; que el amor se sienta libre en cada corazón de aquellos que le digan: “sí, Rabbuní, tu amor ha vencido mis miedos y mi soledad”, como lo hizo con María Magdalena. Esta mujer, que se convierte en imagen a seguir por aquellos que quieran ser sus discípulos, nos interpela a experimentar el verdadero Amor y a aceptar como vocación de vida el ser mensajeros de Cristo resucitado.