4,5 estrellas
9
Ni uno menos
Título original: Yi ge dou bu neng shao
Año: 1999
País: China
Duración: 106 min.
Género: Drama
Categoría: Películas con valores
Edad: TP
Director: Zhang Yimou
Guión: Shi Xiangsheng
Música: San Bao
Fotografía: Hou Yong
Reparto: Wei Minzhi, Zhang Huike, Tian Zhenda, Gao Enman, Sun Zhimei, Feng Yuying, Li Fanfan

La jovencísima Wei, de trece años, es designada por el regidor de su pueblo para sustituir al maestro de la escuela, que se ve obligado a ausentarse durante un mes. Este le deja a Wei un trozo de tiza para cada día y el encargo de no perder a ningún alumno. De este modo, la adolescente se encuentra con un cometido que no esperaba, en el que poco a poco se va metiendo de lleno. Por eso, cuando el pequeño Zhang abandona el colegio para ir a la ciudad en busca de trabajo, se apresura a solicitar la ayuda del alcalde para traerlo de regreso. Sin lograr su cooperación y sin dinero, pero con el apoyo de sus pupilos, se embarca en la aventura de encontrar a Zhang y recuperarlo para los estudios.

Zhang Yimou conforma una magnífica película, conjugando algunos elementos recurrentes en su filmografía, como son los personajes fieles hasta el límite, las zonas rurales o las sombras del régimen chino, subrayadas con mayor o menor discreción. Mediante este relato denuncia el absentismo escolar en lugares remotos del estado oriental, donde los niños deben trabajar para colaborar con la economía familiar. Al hilo de esto, también traza las diferencias sociales entre los habitantes de las ciudades y los residentes en núcleos de población aislados.

La obra posee la sutilidad de títulos como El camino a casa o Amor bajo el espino blanco y, argumentalmente, recuerda a las parábolas de los talentos y de la oveja perdida. Asimismo, incluye momentos tan elocuentes como la secuencia en la que los alumnos se contentan con solo dos latas de Coca-Cola para toda la clase. El pasaje resulta muy paradójico, al mostrar a los críos de un país comunista disfrutando, como si fuera un tesoro, de un producto ligado al capitalismo, casi inaccesible para ellos.

El director, al estilo del neorrealismo italiano, opta por actores no profesionales, que aquí conservan sus nombres reales. Los niños rebosan naturalidad, al igual que, inevitablemente, muchos extras que ignoraban estar apareciendo en un largometraje, pues Yimou utilizó cámaras y micrófonos ocultos para captar las reacciones espontáneas de la gente. La cinta está rematada por un emocionante colofón, resuelto con una gran brillantez narrativa. Fue premiada con el León de Oro en el Festival de Venecia.

Ni uno menos (fotograma)