

Año: 2018
País: Estados Unidos
Duración: 112 min.
Género: Animación, Aventuras, Comedia
Categoría: Películas infantiles
Edad: +7
Director: Rich Moore, Phil Johnston
Guión: Phil Johnston, Pamela Ribon
Música: Henry Jackman
Fotografía: Nathan Warner
Reparto:
La máquina recreativa de Sugar Rush, el juego de la intrépida Vanellope, sufre la rotura del volante con el que se maneja. El contratiempo conduce a Vanellope y a su mejor amigo, el fortachón Ralph, a explorar Internet en busca de un repuesto que evite la desconexión del videojuego. En su viaje descubren un nuevo mundo, donde tendrán que aprender a desenvolverse antes de que sea demasiado tarde para sus intereses.
En esta secuela de ¡Rompe Ralph!, la entrada en Internet de la pareja protagonista supone un escenario lo suficientemente novedoso para dar continuidad a sus aventuras, sin que resulten reiterativas. Precisamente, una de las mayores virtudes de la cinta es su recreación de la red. De una manera muy imaginativa se reproducen elementos como las ventanas emergentes o los sitios de venta online y se representa la interacción de los usuarios en este ámbito digital.
En el film se deja constancia de los beneficios de Internet, sin obviar la parte negativa de este medio, plasmada en forma de virus o de comentarios deshumanizados. En un tono más distendido, se señala lo trivial y caduco de algunos contenidos que se convierten en tendencia, generando multitud de reacciones.
La amistad entre Ralph y Vanellope se encontrará ante una encrucijada, tras salir ambos de su entorno arcade. Su relación, forjada seis años atrás, deberá evolucionar para adaptarse a los inevitables cambios que trae la vida. En este punto, se subraya la importancia del respeto hacia la libertad del otro, frente a los perjudiciales vínculos de dependencia.
Uno de los momentos más divertidos de la producción, pese a que los guionistas no han sabido exprimirlo del todo, es el publicitado encuentro entre Vanellope y otras princesas Disney. Menos inspirada es una larga secuencia del tramo final, que puede asustar a los niños más pequeños. Aun con esa salvedad, el nivel de esta reanudación de ¡Rompe Ralph! se sitúa por encima de la media de los títulos de animación recientes.