
Catedral de Nuestra Señora del Monte Carmelo, Jolo (Filipinas)
Millones de cristianos son perseguidos en todo el mundo y miles de ellos son asesinados cada año, pero este hecho tiene una escasa repercusión a nivel mediático. Solo en algunas ocasiones se da una información al respecto que no suele ocupar portadas. Sin embargo, son demasiados los mártires que, en el siglo XXI, mueren o padecen por su religión. El papa Francisco ha afirmado, en más de una ocasión, que en la época actual existen más mártires que en los comienzos del cristianismo. Es importante apuntar, además, que aunque no solo hay cristianos entre los creyentes perseguidos en el mundo, sí son los más numerosos.
Asia y África son los continentes donde el acoso se da con mayor fuerza. Algunos viven en la clandestinidad, porque las detenciones, juicios, encarcelamientos y muertes están al orden del día. Se les acosa por enseñar a otros que merecen ser respetados y queridos por el simple hecho de ser personas. En algunas zonas de África se asesina primero a misioneros y demás religiosos, y después a fieles. Así evitan que se propague el mensaje y el ejemplo que dan.
En la era de la globalización en la que se encuentra inmerso el planeta, todavía hay regímenes donde incomoda la idea de la igualdad y entrega que unos cuantos hacen por los demás, favoreciendo el desarrollo. Estos cristianos, fieles a su fe en distintos lugares de la tierra, son tratados como chivos expiatorios y enemigos a los que atacar sin escrúpulos.
Salvando las distancias, merece una mención Europa, donde la desaparición de valores y signos religiosos que han acompañado al continente durante siglos coincide con un aumento de la animadversión hacia los cristianos. Esa hostilidad viene de políticas e ideologías que, por un lado, ensalzan el respeto y, por otro, arremeten contra el cristianismo, contradiciendo lo que pregonan.
Nieves Sancho, Fernando Hernández, Antonio César Fernández, Landry Ibil Ikwell, Simeón Yampa y los más de trescientos muertos en Sri Lanka el Domingo de Resurrección, son solo algunos de aquellos que han sido perseguidos y asesinados en lo que llevamos de año. No se les pone cara fácilmente, porque ni son famosos, ni quizá tuvieran perfiles en las redes. Tampoco han salido demasiado en la televisión. Pero lo que sus verdugos ni nadie ha podido arrebatarles ha sido vivir como querían hacerlo.