Cruz

1. El Evangelio de Jesús es la puerta abierta que nos permite contactar e incluso convivir con Dios; además lo conocemos no como juez, sino como Padre, nuestro Padre.

2. “Pongo mis ojos en mis fieles, ellos vivirán conmigo”, dice Dios (Sl 101,6). Jesús se fija en quienes se abrazan a su Evangelio, al tiempo que los atrae amorosamente hacia Él.

3. Aquellos que dicen que ya no tienen fe, yo les diría: Y todas las veces que estuviste ante un Sagrario, ¿crees realmente que estabas sólo ante un trozo de pan?

4. Ningún hombre vivo es inocente frente a ti, dice el salmista (Sl 142,2), por eso, Jesús, te hiciste Emmanuel, para ponernos no frente a ti, sino junto a ti, contigo (Mc 3,13-14).

5. Cuando uno está lleno de la gracia de la Palabra es normal que diga sí a las propuestas del Señor. No digo nada nuevo, María, la llena de gracia (Lc 1,28), nos señaló el camino.

6. Satanás pone a “sus tinieblas” en acción para desestabilizar nuestra relación con Dios. Nuestro secreto no es otro que afirmar nuestros pasos tras Aquel que nos abre camino entre las tinieblas (Jn 8,12).

7. Si nos creyéramos de verdad que nuestro Buen Pastor nos conduce a un destino glorioso (Sl 73,24), no perderíamos tiempo ni fuerzas buscando esa gloria que tiene fecha de caducidad.

8. Somos mucho más poderosos que el genio Aladino que reposaba en el fondo de su lámpara. Tenemos un genio que es el alma, capaz de hacer todo lo que se proponga. ¿Dejaremos que Jesús nos la despierte?

9. Un cristiano siente la sangre correr por su alma ante la muerte de un ser próximo; conoce el dolor como todos, pero también la suavidad y dulzura con la que Dios envuelve a los suyos.

10. Un hombre de Dios es alguien que ha sido tocado en su corazón por Él. Por eso mismo puede llevar el perfume de Dios al corazón de sus hermanos.

11. Dios no deja de crecer dentro de ti. Esto no es un slogan comercial. Dios crece en el corazón al ritmo que crece su Palabra en él. Y es que la Palabra es la semilla del mismo Dios.

12. ¡La imaginación al poder!, gritó un iluminado. ¿Nos lo creímos?, e imaginamos un mundo sin lacras sociales; al final no fue más que un sueño. Dios no imagina un hombre nuevo, lo crea (Jn 1,12).

13. Me llama la atención la sonrisa de algunos enfermos. Es como si Dios mismo hubiese dibujado su propia sonrisa en su rostro. Lo suele hacer con sus amigos.

14. Es importante lo que un hombre puede sentir por Jesucristo. Muchísimo más importante para su alma es no lo que sienta, sino lo que signifique para él, qué papel juega en su vida.

15. Algo no cuadra cuando la Palabra no encuentra su sitio en la vida de un hombre. Mucho me temo que es Dios quien no encuentra su sitio, su encuadre en él.

16. Encontrarte con Dios no es un golpe de suerte, Dios no está en un bombo de lotería, está llamando sin cesar a tu puerta. No es cuestión de suerte sino de oído.

17. Los pastores según el Evangelio conocen poco los despachos, menos aún la oratoria. Se dejan acariciar por el Fuego de la Palabra y van al encuentro de los hombres.

18. Hoy se habla mucho de “acompañamiento espiritual”. La verdad es que se usen los términos que se usen, lo importante es que nadie suplante al único Maestro y Director (Mt 23,8-10).

19. Sólo el que tiene conciencia de que la Vida no está a su alcance, aunque haya alcanzado el mundo entero, siente el impulso de abrirse al Señor que es Camino, Verdad y Vida (Jn 14,6).

20. Desencajados de Dios nos quedamos todos a causa del pecado. Por eso mismo se encajó a nosotros para que encontráramos la forma de ajustarnos a Él.