1. Todos nacemos con un pentagrama escrito en el alma. Las palabras las encuentras en el Evangelio de Jesús si las guardas (Jn 14,23). La música se la dejamos a Él, el Gran Compositor.
2. La necedad de una sociedad se mide por su manía en provocar sufrimientos innecesarios, discusiones insulsas, envidias enfermizas, etc. Hablo de una sociedad que relega a Dios.
3. Los demonios tienen grandes motivos para odiar a los discípulos de Jesús; saben que Dios existe y nada más. Mientras que los cristianos sabemos que Dios existe y que le podemos llamar Padre. Motivos tienen.
4. La Palabra guardada en nuestras entrañas hace de levadura; y, conforme la vamos cumpliendo, se convierte en Pan de Vida para nuestra alma.
5. Jesús se hace oído en el oído de sus discípulos, es decir, que está pendiente de ellos cuando son vejados y perseguidos a causa del Evangelio que escuchan y acogen.
6. La noche es tiempo propicio en el que Satanás intenta resquebrajar los fundamentos de la fe de los discípulos de Jesús. ¡Pobrecillo! Cada vez que lo intenta, es él quien sale resquebrajado.
7. Los santos hacen de intermediarios entre nosotros y Dios. La Palabra, sobre todo el Evangelio, no hace ningún papel de intermediario. El Evangelio es el mismo Hijo de Dios.
8. Ir hacia la Palabra con las manos temblorosas del alma, penetrar sus páginas hasta dar con Aquel que proclamó: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”.
9. Hay silencios hirientes, sórdidos, que presagian tempestad. Hay también silencios apacibles que anuncian la llegada del Buen Pastor. Hay silencios de los buscadores de Dios ante la Vida que se derrama sobre su alma desde el Evangelio que leen.
10. Ir al Evangelio para coger datos que se acoplen a las decisiones que ya has tomado, o bien, dejarte envolver por sus palabras hasta encontrar el calor de Dios. Tú eliges.
11. La Presencia de Dios no es estática. Dios se hace presente a alguien para habitar en él. Es entonces cuando la Presencia se convierte en Hoguera.
12. Pretender vivir unido a Dios sin amar con todo el corazón su santo Evangelio es algo alienante, pues es como una ensoñación que tiene mucho de mentira.
13. Cuando tenemos que hacer algo de suma importancia lo grabamos en la mente, y si es necesario, lo escribimos en una nota para no olvidarnos. ¿Has escrito algo del Evangelio en tu alma?
14. El necio se envenena escavando en su corazón y sacando a la luz ofensas del pasado. El sabio escava en su corazón, y se llena de la luz de Dios sacando la Belleza infinita del Evangelio guardado.
15. Una de las pruebas más evidentes del amor que Dios nos tiene es haberse hecho Pan de Vida en el Sagrario, dándonos así la capacidad de adorarle. Adoración y descanso del alma se complementan.
16. Jesús vino al mundo para desatarnos de los dioses en cuyas manos ponemos inconscientemente nuestra vida. Y es que esas manos no nos llevan al cielo, sino a la muerte.
17. Vivir marginando a Dios es una opción. El problema es que al poner tan bajo el listón de nuestra calidad de vida, el alma cuyo listón llega hasta el cielo, se rebela dentro de ti.
18. Nadie en su sano juicio escoge vivir maniatado. Muy poco margen de juicio nos deja, pues, el Príncipe del Mal cuando sumisamente nos dejamos maniatar por él.
19. Eres libre para proclamar tu independencia frente a toda trascendencia; el problema es que estás sólo y exclusivamente a merced de ti mismo, y… ante la muerte no eres nadie.
20. El “nada hay imposible para Dios” que escuchó María de Nazaret (Lc 1,37) como garantía de la viabilidad de la propuesta anunciada por el Ángel, viene en nuestra ayuda ante la impotencia de ser discípulos de Jesús.