Niña soplando un diente de león

1. Podemos ser impulsados por el viento artificial que expande la penúltima panacea inventada para dar cierta tranquilidad a tu corazón, o ser impulsados por el viento de Dios. La elección te toca a ti.

2. Dice un proverbio galés que el diablo tiene tres hijas: la soberbia, la falsedad y la envidia. El problema se agrava cuando las hacemos nuestras, pues engendra multitud de nietos.

3. Pretender confiar en Dios sin conocerle es como querer cruzar el océano a nado. Sólo el que ama íntimamente su Palabra llega a conocerle; sólo entonces puedes decirle: Aquí estoy.

4. A todo hombre se le abren dos caminos a los que dirigir sus pasos. Uno lleva a la Vida, otro a la nada. La elección de uno u otro depende del valor que des a la mano que se te tiende. Una de ellas es la del Señor Jesús.

5. Todos estamos llamados a ser una obra maestra de Dios. A veces te da la impresión de que un día se cansará de ti. No conoces al Artista; tiene en su mente su obra y no descansará hasta realizarla si tú le dejas.

6. El necio lee un texto del Evangelio y lo relega al desván de su memoria. El sabio lo aprieta contra sí hasta que se convierte en Manantial para su alma.

7. Los libros de autoayuda nos invitan a saber orientar nuestra vida. El Evangelio nos descubre el Oriente sin ocaso que es el Señor. No es un Oriente estático, tiene poder de atracción para nuestra alma.

8. Cuántos egos enfermizos surgen desde nuestros heroísmos, egos que oscurecen y hasta anulan al otro. Ningún ego es capaz de asomarse cuando reconocemos a Jesús como el Autor de nuestra fe (Hb 12,2).

9. Por muy ancho y profundo que sea el valle tenebroso en el que a veces discurre tu vida, siempre se replegará ante “la Palabra que ilumina a todo hombre que viene a este mundo” (Jn 1,9).

10. Un hombre libre es aquel que se pone en pie cuando los demás se desmoronan ante sus mismos fracasos. Una libertad así sólo es posible cuando se es sostenido por Jesús, el Libertador.

11. La diferencia entre las propuestas de Dios y las de Satanás es que las de éste son razonables, es decir, a su altura. Las de Dios, a la suya, por eso es su Palabra dentro de ti quien las realiza.

12. No son las tinieblas las que merman la calidad de nuestra vida, sino la persistencia en abrazarnos a ellas porque tenemos aversión a la Luz de Dios (Jn 3,20-21).

13. Todo aquello que se planta en la tierra, tarde o temprano se eleva sobre sí mismo. Así también, todo hombre que acepta, como Jesús, ser grano de trigo (Jn 12,24), se eleva hacia Dios.

14. Todo discípulo de Jesús está llamado a ser punto de encuentro entre la divinidad y la humanidad. Es así como el Evangelio llega a todos los hombres.

15. Los mejores emprendedores del mundo buscan los líderes más brillantes para promocionar sus empresas. El Señor busca quien quiera apasionarse por su Evangelio para sembrarlo en su corazón.

16. Las personas más felices del mundo han sido, son y serán aquellas cuyas alegrías tienen raíces profundas. Mejor dicho, aquellas cuyas raíces llevan la savia de Dios.

17. La armonía que Dios crea en las entrañas de quien le acoge tiene poco que ver con la quietud o relajación. Es una armonía que a veces nos lleva a una exaltación estremecedora.

18. ¡Qué bella experiencia externa tiene la falsedad!, dijo Shakespeare. Lo peor está por venir, y es que se hace letal cuando, al igual que el aire, no podemos prescindir de ella.

19. Si sólo contamos con nosotros mismos nunca llegaremos a ser la persona que quisiéramos ser. Si nos ponemos en manos de Dios llegaremos a ser lo que Él proyectó para nosotros… ¡Y Dios proyecta a lo grande!

20. Podemos pasar años enteros de nuestra vida evitando a Dios; lo que no podremos jamás es prescindir de los subterfugios que necesitamos para pregonar lo felices que somos.