Pietro Ditano y Pietro Sarubbi

Fotografía: Arturo Sancho (Alfa y Omega)

Esta entrevista estaba inicialmente dirigida al intérprete italiano Pietro Sarubbi, que participa en el El beso de Dios, un documental que ha comenzado con buen pie su trayectoria en los cines. Finalmente ha sido el director de la película, Pietro Ditano, quien amablemente ha respondido a las preguntas sobre este actor, cuya vida cambió tras representar a Barrabás en La Pasión de Cristo.

 
¿Qué le motivó a Pietro Sarubbi a participar en el documental El beso de Dios?

Dos cosas: por un lado, el trabajo; nunca suele decir que no al trabajo, salvo que vea que el contenido va contra sus creencias, como ocurrió hace unos años con una propuesta que le llegó de Hollywood para hacer una película con Willem Dafoe. El personaje que le ofrecieron era el director espiritual del protagonista, que en el transcurso de la obra se convertía en un demonio. Por ello renunció al papel, pese a ser una gran oferta, porque le daba miedo.

Por otro lado, le cautivó la espiritualidad y la profundidad del proyecto. Siempre dice, de broma, que puso muchas pegas: que solo podía en unas fechas determinadas, que en esas fechas estaba de vacaciones, que era mejor rodarlo en Roma o en Milán, que iba a estar en esos días en un pueblo donde no hay ni aeropuerto, ni tren; que no conduce, etc. Como yo, solo veía un “sí, pero…”, le dimos facilidades, y al final accedió.

Lo cierto es que se generó una fraternidad muy fuerte, y él percibió la presencia de Dios en el proyecto. Eso fue lo que le animó a venir a España gratis a promocionar la película, usando una semana de sus vacaciones.

 
¿Cómo fue el rodaje en la iglesia rupestre de Santa Bárbara en Matera?

Lo cierto es que estaba sobrecogido. Cantamos un salmo, el 114, de los que Jesús cantó en la Última Cena, antes de salir con sus discípulos al huerto de Getsemaní. El salmo era en hebreo, y buscamos una melodía antiquísima, que es posible que fuese la que Jesús cantó con Pedro aquella noche. Como la escena entrañaba cierta dificultad, por el idioma y por el canto, acabamos acompañando a su voz, de fondo, para dar apoyo, y se creó una atmósfera mágica, potente y fuerte, que siento que evocó algo de aquel momento.

 
El documental habla de la infructuosa búsqueda espiritual de Sarubbi. ¿Qué sabe acerca de su paso por el Tíbet y la India?

De eso me ha hablado poco. Me consta que estuvo en varios lugares y buscando en distintas espiritualidades algo que le llenase, que no fuese “difícil”, pero que nunca llegó a encontrar lo que buscaba. Tenía mucho dinero y fama (había hecho una película con Nicolas Cage), pero hasta que no conoció al Señor, no llegó a experimentar la verdadera alegría.

 
¿Qué supuso para él representar el papel de Barrabás en La Pasión de Cristo?

Es el papel que cambió su vida. Hay un Pietro Sarubbi antes de La Pasión de Cristo y otro Pietro Sarubbi después de la película. Al principio no le gustó la idea de hacer un papel tan pequeño, porque venía de ser el número 7 en los créditos de inicio de una súper producción de Hollywood, con Christian Bale, Penélope Cruz, etc. Y saltar a Barrabás (para lo que Mel Gibson le llamó directamente) suponía un salto hacia abajo en su carrera. Él quería hacer de Pedro (sólo porque salía más), y Barrabás no tenía ni siquiera texto. Cuenta que Gibson le trató con mucho cariño y paciencia, y que durante una hora le planteaba la cuestión de qué diferencia había entre hablar 10 minutos en arameo -que nadie entendía-, como Pilato, o no tener ni una sola línea. Mel Gibson eligió rodar en lenguas incomprensibles buscando que los acontecimientos sucediesen a un nivel mucho más profundo: en las miradas, las emociones…

Afirma que Gibson, por su resistencia inicial, le ofreció cobrar lo mismo que si hiciese de Pedro. Pero Sarubbi afirma que el enamoramiento que Mel tenía del proyecto fue lo que verdaderamente le convenció para dar el sí definitivo y aceptar la propuesta. Este sí, como para muchos otros actores (Caviezel, etc.) este sí supuso no volver a recibir ofertas de trabajo durante dos años. Comenta que no sabía la ganancia que iba a recibir.

 
¿Qué sucedió en aquella secuencia que compartió con Jim Caviezel?

Todo se paralizó. Pese a estar en un momento laboral de capricho: tenía asistenta, silla con su nombre, bebida y comida especial, etc., el hecho de ver a Jim trabajando con tanta humildad y compromiso: no se sentaba nunca, no hablaba con nadie, estaba siempre concentrado, siempre en silencio… le llevó a dar un paso atrás y soltar esa superficialidad con la que estaba.

Además, Mel Gibson no permitía que ningún actor se cruzase con Jesús, salvo María y los discípulos, para tener la verdad de la mirada: quería que fuese realmente la primera mirada que cada uno recibía de Jesús.

Jim y Mel se habían preparado para el rodaje haciendo ejercicios espirituales durante cuarenta días. Pietro afirma que Jim no era solo un actor actuando, sino que había una presencia muy fuerte en él. Cuenta que con su apertura renovada (inspirado por el trabajo de Jim), en el encuentro con aquella mirada, su vida cambió.

En la escena, tenía que girarse y seguir, pero me contaba que fue tan fuerte lo que vio, que se quedó paralizado. Hubo un minuto de silencio en el set. La escena no se cortó y Mel Gibson estaba feliz. De hecho, la repitieron 40 o 50 veces, pero dijo que solo en la primera toma, vio esa mirada que después de noche venía a su encuentro.

 
¿Su conversión al cristianismo fue instantánea o se produjo de manera progresiva?

Parece que al principio se negaba a aceptar lo que había pasado, lo rehuía… ¿Cómo es posible -se preguntaba- que por la mirada de un hombre mi vida entera cambie? Cuanto más trataba de decir que no, más se convertía en un sí. Lo que finalmente le confirmó fue una frase del Papa que leyó en una encíclica (Deus caritas est), que le salió “por casualidad”: Dios siempre y de nuevo trasluce a través de la mirada de algunos hombres (frase no literal). Por eso afirma que es importante que nos miremos.

Cuando se decidió a dar el paso, lo primero que hizo fue casarse para poder recibir la Comunión. Llevaba varios años de convivencia con la que ahora es su mujer, y tenía tres hijos. Afirma que lo que verdaderamente le llevó a querer contraer matrimonio, al que antes era reacio, fue el deseo de sentarse a la mesa con nuestro Señor -como él afirma- y poder recibir de sus manos el pan.

 
¿Qué diferencia hay entre el Pietro Sarubbi anterior a La Pasión de Cristo y el de El beso de Dios?

Dice que principalmente cuestiones relacionadas con la humildad y con la confianza. Jamás hubiese venido a España, anteriormente, sin cobrar un euro, entregando sus vacaciones a promover una película. Habla mucho del amor de Dios. Defiende que, más que pedirnos cuentas de nada, el Señor solo nos pregunta, como a Pedro en la playa: ¿…, me amas?