

Año: 2003
País: España
Duración: 97 min.
Género: Drama
Categoría: Películas cristianas
Edad: TP
Director: Rafael Gordon
Guión: Rafael Gordon
Música: Eva Gancedo
Fotografía: Francisco Madurga
Reparto: Isabel Ordaz, Assumpta Serna, Amparo Valle, Ana José Bóveda, Bárbara Elorrieta
Un programa de televisión utiliza la realidad virtual para traer a Teresa de Ávila, hasta nuestro tiempo. La santa es entrevistada por una frívola presentadora, que le formula una serie de preguntas sobre su vida y otros temas.
Teresa, Teresa es una original propuesta de cine de autor, firmada por el singular cineasta Rafael Gordon. El realizador entrega una película minimalista, que se desarrolla, casi en su totalidad, en un único escenario y con dos mujeres antagónicas, que simbolizan el alma y el cuerpo. La trama subraya el abismo existente entre el sencillo humanismo de la monja y la acentuada superficialidad de su entrevistadora. A veces, sus diferencias son mostradas con sutiles toques de humor, como sucede en un momento en el que Teresa le regala un rosario a la presentadora y esta acepta con entusiasmo, al confundir el obsequio con una pulsera.
En una obra de este tipo se antoja fundamental la labor interpretativa y, en este apartado, destaca el trabajo de Isabel Ordaz como Teresa de Jesús. Para preparar el papel, la actriz pasó una temporada en un convento carmelita de Tordesillas. Su actuación encuentra una oportuna réplica en el personaje de Assumpta Serna, que representa el materialismo imperante en la sociedad actual.
Es una lástima que este largometraje no sea demasiado conocido, pues es un sincero acercamiento a la figura de la religiosa española. Gordon elaboró sus diálogos a partir de los propios escritos de la mística y de personas que la trataron. Aunque estamos ante una biografía poco convencional, el guión va desgranando las vicisitudes con las que tuvo que lidiar su protagonista, junto con su profunda espiritualidad. Acerca de ella, el director declaró: “Hacer hablar a santa Teresa de Jesús, es intentar que de nuevo las pantallas de cine se iluminen con un personaje con carácter, con alma, un personaje que luche y ame, con la fuerza de la convicción, y el deseo irrenunciable de encontrar la libertad de espíritu”.