
Fotografía: Infinito + 1
Hace ocho años, Infinito + 1 presentó el documental La última cima, dedicado a la figura de un buen sacerdote. Su propuesta contaba con pocos medios y habría pasado desapercibida, si no fuera porque cautivó al público con su lenguaje directo acerca de la fe y una decidida vocación de aportar algo diferente, aun nadando a contracorriente. Marcaría el inicio de una repercusión que traspasó fronteras, afianzada después con Tierra de María y Footprints. Ahora la productora está embarcada en una nueva película titulada El mayor regalo, sobre el insondable beneficio del perdón. Para poder financiarla, Infinito + 1 ha puesto en marcha una campaña de crowdfunding (www.infinitomasuno.org/elmayorregalo/), que ya ha superado más de la mitad de su objetivo. Su director, Juan Manuel Cotelo, nos habla de este proyecto.
Cuéntanos de qué trata El mayor regalo.
Es sencillo y profundo a la vez: trata sobre personas que piden perdón y personas que perdonan. Trata sobre cómo recuperar la esperanza, cuando parece perdida sin remedio. Trata sobre la resurrección, cuando ya huele a cadáver. Trata sobre el amor incondicional que aprendemos de Jesucristo. Trata sobre el Padrenuestro: “perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.” Trata sobre la esencia del cristianismo. Trata sobre el amor incondicional, encarnado en tantas personas que no han hecho de ello una teoría hermosa, sino que lo viven. Trata sobre el perdón, que es el mayor regalo.
La respuesta a vuestra campaña de crowdfunding está siendo espectacular. ¿Cómo conseguís calar tan hondo en el espectador?
Aún queda la mitad del camino por recorrer. Hoy hemos alcanzado el 55 % del objetivo, gracias a muchas personas generosas que ni siquiera conocemos. Unos dan un euro, otros cinco euros… algunos mucho más. Pero solamente Dios conoce el valor real de cada aportación, lo que supone ese dinero para cada persona. Estoy convencido de que es Él quien despierta en cada uno el deseo de sumarse a esta iniciativa evangelizadora. Nosotros simplemente tiramos la red junto a la barca… hacemos nuestra parte, que es bonita y sencilla… y Dios se encarga de lo imposible, siempre con permiso de quien reciba su invitación y la acepte. Depender de la generosidad de Dios y de tantas personas, nos estimula a ser humildes y agradecidos, a sentirnos en una permanente deuda de amor. Ese amor inmenso que recibimos de la gente, es un reflejo perfecto del amor de Dios: no lo merecemos, no lo ganamos… es amor puro, que nos estimula a amar del mismo modo.
¿Qué dificultad conlleva hablar sobre el perdón en una película?
Da igual si es fácil o difícil. Si nos detuviéramos a pensar en esas categorías, no haríamos nada que mereciese la pena en la vida y, tal vez, no cumpliríamos tantas obligaciones. El precepto del perdón es una maravilla, es liberador, es sanador. No es un yugo pedir perdón. El yugo es lo contrario: no perdonar o no pedir perdón. Eso sí que es difícil. Vivir con rencores en el corazón es mucho más pesado que librarse del odio mediante el sencillo acto de pedir perdón o de perdonar. Es tan sencillo, que ni siquiera hace falta decir una palabra. Basta un beso, un abrazo, una mirada, una lágrima… Y si pones una cámara y un micrófono delante de alguien que comparta su experiencia de perdón, resultará enriquecedor, estimulante, precioso… Por tanto, no pensemos en las dificultades. Como propone un lema publicitario… “Just, do it!”
Después de la acogida de La última cima cuesta entender que vuestros siguientes largometrajes no hayan recibido subvenciones. ¿Por qué resulta tan complejo hacer cine religioso en un país que se declara mayoritariamente católico?
Perdón por insistir de nuevo en lo mismo: si analizamos las dificultades, nos quedamos quietos y no hacemos nada, con la excusa perfecta de que algo es difícil. ¡Qué pérdida de tiempo! ¡Cuántos pecados de omisión, por pensar en las dificultades! No podemos ser ingenuos ni vagos, si somos apóstoles. Las dificultades son parte del camino. Nosotros hemos solicitado subvenciones para producción… y no hemos recibido ni un céntimo del Ministerio de Cultura ni de Televisión Española, a pesar de que nuestros tres documentales hayan sido los más vistos en España, en sus respectivos años de estreno. Además, hemos distribuido La última cima en dieciocho países, Tierra de María en veintisiete países, y Footprints en diez países y tampoco hemos recibido un céntimo institucional para distribución.
En resumen: si hubiéramos dependido de subvenciones, o del apoyo de alguna televisión en España, o de alguna institución o grupo poderoso, no habríamos dado ni un paso. Pero esto no nos debe sorprender ni frenar, sabíamos que podía suceder. Por eso, desde que nació Infinito + 1 dependemos exclusivamente de personas generosas que aportan fondos para hacer estas películas que anuncien el amor de Dios. Así ha sucedido con la mayoría de las iniciativas evangelizadoras, desde hace dos mil años: salen adelante gracias a personas que comprenden la importancia de la misión, la aman y la sostienen, sin limitarse a aplaudirla o a criticarla. Los cristianos somos una familia en la que cada uno tiene un papel que cumplir, dependiendo siempre unos de otros. Avancemos juntos, confiando en que Dios impulsa, guía y forma equipo.
En Tierra de María alternabais documental y ficción. En un futuro, ¿os gustaría acometer alguna producción enteramente de ficción?
Sí, tenemos varios proyectos de ficción, desde que nació Infinito + 1. Todo llegará, cuando Dios quiera y los presupuestos lo permitan. Ahora estamos concentrados en la película sobre el perdón y, si Dios quiere, la próxima película tratará sobre un matrimonio que naufragó en el Océano Pacífico durante sesenta y seis días, y que en esas circunstancias conocieron el amor de Dios y se convirtieron. Es una historia real, que contaremos con el formato de película de ficción.
¿Cuáles son tus principales referentes cinematográficos?
Más que referentes, diría que me gustan muchas películas, de todo tipo: comedias, dramas, aventuras, romance… Pero mi principal referencia es la vida real. Es ahí donde encuentro las historias que me conmueven y que deseo contar.
Y ahora brevemente:
Una película.
La que ahora queremos hacer en Infinito + 1, sobre el perdón, titulada El mayor regalo.
Un libro.
El que ahora estoy leyendo: God Calling, God at Eventide.
Una canción.
Babaji, de Supertramp.
Un santo o personaje que te inspire.
San Juan Pablo II.
Una fecha importante en tu vida.
Hoy. Siempre es más sorprendente que ayer.